El quinto ataque letal de fuerzas estadounidenses contra una embarcación frente a las costas de Venezuela causó seis muertes, incluyendo dos ciudadanos de Trinidad y Tobago, lo que ha impulsado una investigación de la ONU solicitada por Caracas.

Familiares del pescador Chad Burnley, de 28 años, originario de Las Cuevas en Trinidad y Tobago, fue una de las víctimas del quinto ataque letal perpetrado por fuerzas estadounidenses el martes pasado contra una embarcación en aguas internacionales cerca de Venezuela.

El incidente, calificado por Washington como un “ataque cinético letal” contra presuntos narcotraficantes, resultó en la muerte de seis personas, elevando a 27 el total de fallecidos en dos semanas de operaciones similares.

Dos parientes de Burnley declararon que, basados en información recibida el martes por la noche, están convencidos de que el joven era uno de los fallecidos. También indican que otra víctima podría ser un trinitario no identificado del sur de Trinidad, junto con cuatro venezolanos.

Las autoridades policiales de Trinidad y Tobago iniciaron una investigación sobre la muerte de sus dos ciudadanos, tras denuncias de residentes de Las Cuevas sobre la presencia de los pescadores en la embarcación. Hasta el momento, los agentes no han confirmado ni desmentido los detalles.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el ataque, que se enmarca en el despliegue de buques militares en el Caribe desde agosto, con el objetivo declarado de combatir el narcotráfico desde Venezuela.

Familiares y residentes exigen respuestas, afirmando que Chad Joseph (nombre también mencionado en reportes) no era traficante, sino un joven que intentaba regresar a casa tras una estancia en un pueblo pesquero venezolano.

Lenore Burnley, madre de Joseph, cuestionó el método: “Según el derecho marítimo, si ves un barco, debes detenerlo e interceptarlo, no solo volarlo”.

El abuelo de Joseph, Cornell Clement, expresó dudas sobre la estrategia de la administración Trump. Llamadas a autoridades de Trinidad y Tobago no obtuvieron respuesta. Cabe recordar que la primera ministra Kamla Persad-Bissessar respaldó el despliegue estadounidense en el Caribe.

Este es el quinto ataque desde septiembre: el primero, el 2 de septiembre, causó 11 muertes; los siguientes, tres cada uno, el 15 y 19 de septiembre; y el cuarto, el 3 de octubre. El integrante de la Cámara de Representantes de EE.UU., Jim Himes, describió los ataques como “preocupantes, ya que se trata de asesinatos ilegales”.

El embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, entregó el jueves una carta al Consejo de Seguridad solicitando una investigación sobre los “asesinatos cometidos por fuerzas estadounidenses en aguas internacionales del mar Caribe”.

La misiva denuncia el ataque del 14 de octubre como “una nueva serie de ejecuciones extrajudiciales” contra civiles en una pequeña embarcación, identificando a las víctimas como “dos humildes pescadores de Trinidad y Tobago”.

Moncada enfatizó: “Esto indica que afecta a toda la región. No es un tema nada más venezolano, porque las amenazas vienen contra nosotros, pero las víctimas son de otros países también”, incluyendo nacionales de Colombia.

Las operaciones estadounidenses han generado tensiones regionales, con críticas por la falta de evidencia sobre el involucramiento en narcotráfico y el impacto en civiles. Trinidad y Tobago continúa su pesquisa, mientras la ONU evalúa la solicitud venezolana.
Con información de TeleSur

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