Al parecer esta oligarquía solo entiende el lenguaje del estallido social. Ocho senadores, Honorio Henríquez y Alirio Barrera (Centro Democrático), Esperanza Andrade y Nadia Blel (Partido Conservador), Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal), Berenice Bedoya (ASI), Ana Paola Agudelo (Mira) y Lorena Ríos (Colombia Justa Libres) con sus firmas pretenden quitarle el derecho a una vida digna a millones de colombianos. Presentaron ponencia negativa ante la Comisión Séptima del Senado, y quieren hundir la reforma sin margen siquiera para ser discutida.

Editorial 3262

Es incoherente que un proyecto que viene de ser discutido y construido por miles de ciudadanos, consensuado con empresarios, consolidado en ciudades y regiones, que atravesó debates y difíciles procesos de construcción de consensos, en la plenaria de la Cámara, ahora pueda ser aniquilado por ocho oscuros personajes de militancias de derecha y de sectas religiosas. ¿No es esto un golpe a la democracia?

El presidente Gustavo Petro, la exministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y la bancada del Pacto Histórico en Cámara han hecho su trabajo, agotaron todos los mecanismos para consolidar la reforma y llevarla hasta el Senado. Ahora le toca al pueblo, a los y las trabajadoras, a las organizaciones sociales y populares en ciudades y territorios, volver a la movilización y, si es necesario, producir otro estallido social que le muestre a estos partidos y sectas, el valor y poder de una fuerza constituyente primaria.

Por ello, acogemos la convocatoria que ha hecho la Central Unitaria de Trabajadores – CUT, a través del Comando Nacional Unitario conformado por la CUT, CGT y CTC y las Confederaciones de Pensionados CDP y CPC, así como las organizaciones que conforman la Asamblea Nacional por el Cambio, las cuales han convocado a “una gran jornada de movilización nacional el próximo 18 de marzo, para exigir que el Congreso legisle a favor del pueblo y no de los sectores privilegiados que han sostenido la desigualdad y la precarización laboral por más de 30 años”.

La CUT agrega en su comunicado: “Las organizaciones sindicales y sociales, rechazan de manera contundente el hundimiento de la reforma laboral en la Comisión Séptima del Senado, un hecho que demuestra, una vez más, cómo las élites políticas y económicas del país, representadas en la tecnocracia neoliberal y la extrema derecha y el uribismo, siguen atentando contra los derechos de la clase trabajadora y el pueblo. La reforma laboral es un paso fundamental para la justicia social, con medidas que dignifican el trabajo y garantizan mayor estabilidad, condiciones justas y equidad en el empleo”.

Y es que el pueblo no puede quedarse inmóvil ante esta “jugadita” que puede tener repercusiones directas con daños sociales, en la vida diaria de cada trabajador y trabajadora. Este un desafío, una declaratoria de conflictividad social y un pulso político e institucional que rompe con la tranquilidad ciudadana. El movimiento popular responderá y su respuesta puede ser impredecible. Lo que suceda de aquí en adelante será responsabilidad única de los partidos de extrema derecha y de estas sectas religiosas.

“La movilización social ha sido clave en los cambios políticos de Colombia. El estallido social de 2019 y 2021 abrió las puertas a un gobierno de cambio. Hoy, más que nunca, debemos defender en las calles las reformas que buscan mejorar las condiciones de vida de la mayoría”, concluye el llamamiento de la CUT. ¡A la calle!, a defender la reforma Laboral.
Con información del Semanario Voz

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