Ramala.- La agencia de ONU encargada de ayudar a los palestinos denunció que cientos de miles de personas están hambrientas y enfermas en la Franja de Gaza como consecuencia de la agresión israelí.
La situación se deteriora drásticamente y de una forma sin precedentes, alertó Adnan Abu Hasna, asesor de medios del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa).
En una entrevista con la agencia de noticias Shebah, el funcionario se refirió al fuerte aumento de las tasas de enfermedades debido a la desnutrición y al agua contaminada.
La situación humanitaria en Gaza llegó a una etapa post-desastre, estimó el portavoz de Unrwa.
Abu Hasna acogió con satisfacción los anuncios de la Unión Europea sobre un acuerdo con Israel para permitir a las organizaciones internacionales reanudar sus operaciones en la Franja.
Esperamos que este compromiso se traduzca en acciones sobre el terreno, con la entrada diaria a Gaza de cientos de camiones con alimentos y ayuda médica, así como el equipo necesario para reparar las plantas de desalinización de agua, subrayó.
Abu Hasna señaló que desde el 17 de mayo último ingresaron al territorio apenas 11 mil toneladas de ayuda, una cantidad que podría entrar un solo día.
Estamos trabajando dentro del sistema de la ONU para presionar a ese país y obligarlo a reabrir los cruces fronterizos y aumentar así la cantidad de suministros humanitarios, recalcó.
También criticó el mecanismo creado por Israel y Estados Unidos para distribuir alimentos en Gaza.
Ese plan es “un rotundo fracaso a la hora de afrontar la hambruna que se agrava” por la falta de experiencia, información y capacidad logística, afirmó.
Asimismo, acusó al gobierno de Benjamin Netanyahu de utilizar esta organización con fines políticos. El verdadero objetivo es empujar a los residentes de Gaza hacia el sur para preparar su deportación, y por tanto nos negamos a cooperar, enfatizó.
Esta semana el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) denunció que la agresión israelí no solo mató a familias enteras en ese territorio, sino que también provocó pandemias, pobreza y desplazamiento masivo de la población.
A ello se suman las crisis en los servicios sociales y de salud, que están aumentando los niveles de estrés dentro de los hogares, lo que lleva a un incremento de la violencia doméstica, explotación sexual y abuso, afirmó el organismo.
“Estamos trabajando en condiciones extremadamente difíciles (…) No hay suficientes espacios seguros para las mujeres y sus hijos”, alertó Suhair, quien brinda ayuda en un refugio ubicado en la gobernación de Deir El-Balah.
Con información de Prensa Latina