Hace 52 años, el 29 de marzo de 1973, las tropas de Estados Unidos (EE. UU.) comenzaron su retirada de Vietnam luego de haber sido derrotadas. Su retirada finalizó el 30 de abril de 1975 con la caída de Saigón, y la apresurada salida de los imperialistas estadounidenses y sus sirvientes.

Por: Oscar H. Avellaneda (*)

Aunque los imperialistas lanzaron 7,5 millones de toneladas de bombas sobre Vietnam, Laos y Camboya, (más que todas las bombas usadas en la Segunda Guerra Mundial), y asesinaron más de 3 millones de personas, finalmente fueron derrotados.

EEUU mutiló y mató a cientos de miles de civiles, y uso defoliantes, principalmente el llamado «Agente Naranja» desde 1961 hasta 1972, para eliminar la cobertura vegetal. No sólo devastó el medio ambiente de un país esencialmente agrícola, sino que dejó terribles secuelas en la salud de los seres humanos. Existe evidencia científica de la relación estrecha entre la exposición al herbicida y enfermedades como el cáncer y graves trastornos hepáticos.

Para aquellos civiles cuyos hogares fueron envenenados reiteradamente no hubo escapatoria: por lo menos 500.000 niños nacieron posteriormente con terribles deformidades. Monsanto, y sucesivos gobiernos de EEUU a través de los años han eludido su responsabilidad con las víctimas.

Como resultado de sus criminales acciones bélicas cientos de miles de niños quedaron huérfanos.

El campesino de Vietnam del

El campesino de Vietnam del Sur, Do Chuc, sostiene la mano mutilada de su hijo, Do Ba, mientras les cuenta a los periodistas sobre el asesinato de 370 civiles en la aldea de Tu Cung, que se conoció como la Masacre de My Lai

La derrota del imperialismo constituyó un golpe profundo a la falsa creencia imperialista de que su nación es invencible y de acuerdo con datos del Departamento de Veteranos, medio millón de sus soldados sufrieron problemas psicológicos relacionados con el terrible recuerdo de sus crímenes y el sufrimiento que causaron a casi 6 millones de civiles vietnamitas indefensos.

Diez años de guerra arrojaron

Photo by © Jacques Pavlovsky

El 3 de febrero de 1930 se fundó el Partido Comunista de Vietnam (PCV), en aquel entonces Partido Comunista de Indochina, lo que constituyó un viraje histórico no solamente para la lucha de las clases obrera y campesina, sino también para la historia del movimiento nacional vietnamita y los procesos revolucionarios del Sudeste Asiático.

Teniendo en cuenta la situación existente en aquel momento (1930) de una sociedad colonial y semifeudal, el programa del PCV se enfocó en que la revolución democrático burguesa, dirigida por la clase obrera vietnamita debía luchar para lograr la revolución Socialista quemando la etapa de desarrollo capitalista. Sus claros objetivos le han permitido llegar hasta el día de hoy con gran legitimidad y respeto después de atravesar por difíciles etapas de lucha por la independencia nacional y, posteriormente, por la soberanía e integridad territorial.

Vietnam hoy se ha convertido en una de las 20 economías más dinámicas del Mundo, una de las 15 con crecimientos sostenidos por encima del 5% (excepto en la etapa de la pandemia de la Covid-19), y pasó de ser una de las naciones más pobres a la 35 de mayor economía.

Bajo el liderazgo del Partido Comunista de Vietnam el heroico Pueblo Vietnamita logró vencer al monstruo imperialista estadounidense, dándole una gran derrota (que se sumó a la derrota del imperialismo en Cuba, luego de su cobarde invasión en el año 1961), liberando y reunificando el país en un Estado Socialista.

El líder histórico del Partido Comunista de China afirmaba en 1956 que el imperialismo es “un tigre de papel” :

“Desde el punto de vista estratégico, se debe despreciar por completo al imperialismo norteamericano, mientras que en lo táctico hay que tomarlo muy en serio. En la lucha contra él, es necesario prestar atención a cada batalla y a cada caso. Actualmente, EEUU es un país poderoso; pero, examinándolo con una óptica amplia, en su conjunto y en perspectiva, se hallará que este tigre morirá sin remedio, porque es impopular, aplica una política que no complace a nadie, y oprime y explota a los Pueblos. Vistas así las cosas, no tiene nada de terrible y podemos despreciarlo. Sin embargo, EEUU todavía cuenta con cierta fuerza, produce anualmente más de cien millones de toneladas de acero y atropella a la gente por todas partes. Se hace por eso necesario proseguir la lucha contra él, empeñar grandes esfuerzos en ello y arrebatarle posición por posición. Esto requiere tiempo. Todo parece indicar que los países de América, Asia y áfrica tendrán que seguir peleando con EEUU hasta el fin, hasta que el viento y la lluvia destruyan este tigre de papel”
La juventud, vanguardia de lucha contra la guerra.Foto:Izquieda Web

¡Más temprano que tarde el imperialismo yanqui será derrotado!
(*) Miembro del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba

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