El 3 de febrero de 1962 John F. Kennedy firmó la orden del “embargo” a Cuba con la finalidad de generar penurias, hambre y muertes en la población civil para derrocar la Revolución Cubana. Hoy los Pueblos del mundo exigen el fin del criminal bloqueo.

Por: Oscar Hernando Avellaneda (*)

El “embargo” económico, comercial y financiero impuesto por el imperialismo norteamericano tiene como objetivo provocar escasez y carencias de todo tipo que afectan la vida económica y social de la población cubana.

El pasado 2 de noviembre de 2023 la Asamblea General de las Naciones Unidas por trigésima (30ª) vez, y de forma inequívoca, aprobó una nueva Resolución donde expresó su oposición al “embargo” a Cuba y pidió poner fin a ese castigo unilateral, reclamando, por abrumadora mayoría (185 votos a favor, 2 en contra -EEUU e “Israel”- y 2 abstenciones -Ucrania y Brasil-), el cese de esta política inhumana que es el principal freno a su desarrollo económico.

Reafirmando, entre otros principios, “la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio” consagrados en numerosos instrumentos jurídicos internacionales, expresando preocupación por disposiciones reglamentarias, como la promulgada por EEUU el 12 de marzo de 1996, conocida como “Ley Helms-Burton”, “cuyos efectos extraterritoriales afectan a la soberanía de otros Estados, a los intereses legítimos de entidades o personas bajo su jurisdicción y a la libertad de comercio y navegación”.

Al explicar su voto, uno tras otro, los múltiples oradores de la sesión insistieron, a título nacional y como representantes de bloques de países, en el carácter ILEGAL del “embargo”, afirmando que constituye una violación flagrante y sistemática de la Carta de las Naciones Unidas, y de igual manera encomiaron la respuesta de Cuba al COVID-19, que incluyó el desarrollo de tres vacunas muy eficaces contra el coronavirus, y su solidaridad con otros países durante la emergencia sanitaria pese al bloqueo y sus limitados recursos.

En la alocución previa a la votación, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, afirmó que es “un acto deliberado de guerra económica con el propósito de impedir los ingresos financieros al país, destruir la capacidad del gobierno para atender las necesidades de la población, hacer colapsar la economía y crear una situación de ingobernabilidad”.

Denunció que durante el peor momento de la pandemia el bloqueo se intensificó y “generó dificultades y demoras para el arribo de insumos y equipamientos médicos imprescindibles para enfrentarla y, en particular, para la industrialización de las vacunas cubanas” obstaculizando incluso la adquisición de oxígeno medicinal en terceros países.

Destacó que la inclusión arbitraria y fraudulenta de Cuba en la lista de supuestos Estados “patrocinadores del terrorismo” eleva exponencialmente el riesgo país y lo obliga a pagar cualquier mercancía hasta al doble de su precio en el mercado internacional.

Acusó a EEUU de destinar decenas de millones de dólares y de valerse de los medios de prensa y plataformas digitales más poderosas para llevar a cabo una virulenta campaña de desinformación, descrédito, odio y desestabilización contra Cuba mediante métodos de una guerra no convencional.

Aclaró que Cuba no atribuye al “embargo” todas las dificultades que enfrenta hoy, “pero faltaría a la verdad quien niegue sus gravísimos efectos y no reconozca que es la causa principal de las privaciones, carencias y sufrimientos de las familias cubanas”.

Finalmente advirtió que el bloqueo genera las condiciones que alientan la migración irregular, desordenada e insegura con todas las implicaciones que esto tiene y aseveró que aún en medio de las inhumanas limitaciones que impone, Cuba nunca renunciará a su sistema Socialista de justicia social:

“No aceptaremos los intentos de imponernos pretendidos paradigmas de democracia ni otra cultura extraña a la cubana. Con la misma energía que defendemos el derecho inalienable de cada país a decidir su sistema político, económico y social, reclamamos respeto para el nuestro”.

Una vez más exigimos que Cuba sea retirada inmediatamente de la lista de países “patrocinadores del terrorismo”, y que el inhumano bloqueo imperialista sea levantado, en atención a los principios del Derecho Internacional y al rechazo manifestado en treinta (30) Resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y demás manifestaciones de organizaciones internacionales como la CELAC y el G77 + China.

No hay duda que el bloqueo constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los Derechos Humanos de todos los Cubanos por cuanto impide el acceso a tecnologías, (ningún producto que tenga al menos un 10% de componentes fabricados en EEUU puede ser vendido a Cuba), medicinas y alimentos buscando debilitar su firme decisión de continuar la construcción del Socialismo.

¡Abajo el criminal bloqueo a Cuba!
(*) Miembro del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba

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