Presentación de la ponencia alternativa de reforma laboral en el Senado de la República. Foto Gabriel Pérez

La senadora del Pacto Histórico e integrante de la Comisión IV habla sobre la ponencia alternativa de reforma laboral, los desacuerdos que tiene con el proyecto mayoritario impulsado por Angélica Lozano y la necesidad de seguir adelante con la Consulta popular

Por: Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos

Aunque el Pacto Histórico se anticipó a las “jugaditas” y radicó la ponencia alternativa de reforma laboral hacia las cinco de la mañana del lunes 26 de mayo, esta fue archivada el martes 27 de mayo por la Comisión IV del Senado de la República.

Sin embargo, la iniciativa del partido de Gobierno puso en evidencia las contradicciones entre el proyecto aprobado en Cámara y la ponencia mayoritaria, impulsada y radicada por la congresista del Partido Verde, Angélica Lozano. Este articulado, al cierre de esta edición, se discute en tercer debate.

En diálogo con VOZ, la senadora del Pacto Histórico y la Unión Patriótica, Aída Avella Esquivel, explicó las razones que la motivaron a presentar una ponencia alternativa, los desacuerdos que mantiene con el proyecto mayoritario, su visión sobre el futuro de la reforma laboral exprés y la necesidad de seguir promoviendo en la sociedad colombiana las preguntas de la Consulta popular.

La ponencia alternativa

¿Por qué decidieron presentar una ponencia alternativa?

Después de la accidentada plenaria que sepultó la Consulta popular, pero que revivió el texto de reforma laboral que venía de Cámara, quienes integramos la Comisión IV nos pusimos en función de trabajar. Fue una semana larga donde tuvimos una audiencia pública, diálogo directo con gremios y sindicatos, y dos jornadas intensas de trabajo.

Aunque reconozco que la Comisión sesionó permanentemente, al final terminó siendo una aplanadora en contra de los derechos de los trabajadores. Sin consenso, teníamos la opción de presentar nuestra ponencia, que no solo contaba con el apoyo del Gobierno nacional y de la coordinadora ponente en Cámara, la representante Mafe Carrascal, sino también de dos centrales obreras y de muchas organizaciones sociales.

Se siente que la discusión va a contrarreloj, al punto de que la ponencia alternativa rápidamente fue archivada…

Hay afán, pero no por eso íbamos a firmar una ponencia que sabemos terminará siendo una contrarreforma laboral. El articulado mayoritario modifica y elimina muchos puntos que fueron consenso en Cámara, además que malinterpreta las preguntas de la Consulta popular.

Como senadora, ejercí mi derecho a presentar una ponencia, y así lo hice. Después, como era previsible, perdimos. Esto no significa que dejemos de discutir ni de presentar las proposiciones necesarias para defender los derechos de los trabajadores.

En rueda de prensa, el Pacto Histórico habló de unas líneas rojas con la reforma laboral. ¿Cuáles son estos puntos?

La primera línea roja es que la jornada laboral dura ocho horas, las horas extras se pagan desde las seis de la tarde y se nivelan al cien por ciento los dominicales con los festivos. La segunda es el contrato laboral para estudiantes del SENA, la ampliación del trabajo familiar y comunitario, y la eliminación del mal llamado “contrato sindical”.

En tercer lugar, en nuestra ponencia recuperábamos los derechos colectivos, limitábamos el uso de los contratos de prestación de servicios y dejábamos las licencias médicas remuneradas, entre esas la de paternidad.

Hay otros puntos que quiero destacar. En la ponencia alternativa se mantenían los compromisos con la formalización laboral de los camioneros, revivíamos el contrato agropecuario que beneficia a más de tres millones de campesinos y agregábamos más derechos labores para el sector del arte y la cultura.

Estos puntos no están en la ponencia mayoritaria, pero como ya dije, los seguiremos defendiendo en la discusión del tercer debate y en la plenaria.

La ponencia mayoritaria

¿En qué está de acuerdo el Pacto Histórico con la ponencia mayoritaria?

En los artículos de las plataformas digitales, el teletrabajo, las madres comunitarias y formalización de trabajadores del PAE, estos dos últimos a la espera de un aval fiscal del Ministerio de Hacienda.

Sin embargo, se mantienen diferencias en otros artículos, como aquellos relacionados con las políticas de protección al trabajador frente al impacto de la inteligencia artificial, o la propuesta de que en empresas con cien o más empleados incluyan en su nómina al menos dos trabajadores con discapacidad.

La ponencia mayoritaria mantiene el texto de Cámara en que las horas extras empiezan desde las siete de la noche, pero en este articulado se habla de unas excepciones para las micro y pequeñas empresas…

Según el DANE, la población ocupada informal es del 57,2 por ciento. Foto Óscar Sotelo

Colombia tiene una de las jornadas de trabajo más extensas del mundo, situación que se agrava por el incumplimiento de los derechos laborales básicos. La ponencia mayoritaria dice que el trabajo nocturno empieza a las siete de la noche, pero excluye de esta obligación a las micro y pequeñas empresas, sectores donde se concentra el 72 por ciento del empleo actual. Esto es mutilar el corazón de la reforma. Cambiar algo para que todo siga igual.

Siendo consecuentes con las preguntas de la Consulta, nuestra ponencia establecía que el horario nocturno comienza a las seis de la tarde, cambio que era complementado con propuestas de tasas preferenciales e incentivos para las micro, pequeña y medianas empresas productivas, además que obligaba al Gobierno a implementar programas dirigidos a la generación y protección de empleos.

Otro de los puntos polémicos de la reforma es el contrato de los estudiantes del SENA. Los senadores que cambiaron el articulado de Cámara dicen que han mejorado el texto. ¿Está usted de acuerdo con esta afirmación?

Por supuesto que no. Ellos cambiaron la ponencia de Cámara que definía ese contrato de aprendizaje como laboral. Es decir, seguimos con el contrato de carácter especial que solo garantiza salud, pensión y ARL, pero excluye derechos fundamentales como el acceso a caja de compensación familiar, auxilio de transporte y otras prestaciones propias de un contrato laboral estándar.

Dicen además que garantizarán el 75 por ciento del salario mínimo en la etapa lectiva y cien por ciento en la práctica del aprendiz, pero la trampa está en que lo hacen sobre un contrato que no reconoce todos los derechos laborales, un contrato limitado. Nosotros estamos con la propuesta que ha realizado el sindicato del SENA y los estudiantes, y que defiende el Gobierno nacional. De pasar este artículo, el cambio será cosmético.

También hay diferencias con la monetización…

Así es. Por ley, las empresas están obligadas a contratar aprendices del SENA. Pero si no lo quieren hacer, pagan una suma que se llama monetización. Nuestra propuesta era que fuera de dos salarios mínimos. Ellos la mantienen en 1.5 salarios mínimos, monto que nos parece insuficiente para estimular la contratación de jóvenes para su primer empleo.

Bloqueo patronal

¿Por qué la ponencia mayoritaria elimina el artículo que venía de Cámara y que prohibía el llamado “contrato sindical”?

Nuestra postura es clara en este tema: no al mal llamado “contrato sindical”. Esta es una figura en la que empresas tercerizadoras son autorizadas para contratar en condiciones que degradan a los trabajadores. Estos contratos son muy usados en el sector salud y existen muchas denuncias sobre irregularidades.

Además, yo que vengo del mundo sindical, es una figura que es ofensiva con nuestra historia como trabajadores organizados. Definitivamente, este fue uno de los puntos que me impidieron firmar la ponencia mayoritaria.

Sobre los derechos colectivos, hay una abrumadora mayoría que se opone a este bloque. ¿Por qué?

En la Comisión ni siquiera se discutió este tema. Esto evidencia que los intereses del capital y la patronal están a salvo con la ponencia mayoritaria que presentaron mis colegas congresistas.

Sin embargo, así esté hundido el bloque de los derechos colectivos, nosotros lo recuperamos para la ponencia alternativa porque es fundamental la modernización en las relaciones sindicales. Los países democráticos avanzan cuando se protege al sindicalismo, se amplia la defensa de los derechos laborales y se garantiza la justicia y equidad laboral.

Este bloque y el contrato agropecuario son las grandes deudas de la reforma que venía de Cámara.

Justo a eso iba, porque también existe una oposición total al contrato agropecuario. ¿Cuál es su análisis?

Es evidente que la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, y Fedegan como gremios han hecho muy bien la tarea de lobby. Tenían a todos los senadores alineados con sus intereses.

Pero, como en otros puntos que son recogidos por la Consulta popular, nosotros seguiremos impulsando los derechos laborales y el salario justo para el campesinado colombiano. Sobre todo, pensamos en los 900 mil jornaleros que representan el cuatro por ciento del empleo total del país y que siguen desprotegidos con la eliminación de este contrato en la reforma.

Lucha de clases

Hablemos un poco de la mecánica legislativa. ¿La tomó por sorpresa ser ponente de la reforma?

Nos tocaba asumirlo y yo pedí ser ponente. Pero muchas cosas se hubieran ahorrado si no es por la miopía política de la Comisión VII o por las “jugaditas” que hundieron la Consulta popular. Aunque hay cansancio, presentamos la ponencia alternativa que recoge el sentir de la clase trabajadora y que sirve como carta de navegación para la difícil discusión de estos días.

¿Regresó a sus épocas de lucha sindical, de confrontación obrero-patronal?

Así fue. Ellos defendiendo a los patronos y nosotros defendiendo a los trabajadores. El problema es que nuestro voto siempre fue minoritario, aunque reconozco que en algunas ocasiones las congresistas liberales nos acompañaron. Eso sí, fueron las mujeres, porque los hombres liberales son unos cobardes.

Una anécdota. En la discusión quienes defienden al empresariado citaban permanentemente el Artículo 333 de la Constitución. Por suerte en mi cartera siempre cargo una Constitución y les demostraba que leían tan solo lo que les convenía. Ese artículo tiene un párrafo que ellos omiten: “La empresa, como base del desarrollo, tiene una función social que implica obligaciones”.

¿Por qué tanta mezquindad por parte de los gremios en reconocer los mínimos derechos laborales?

Por la codicia, porque son incapaces de redistribuir la ganancia. Y esto es grave porque en el país hay una inmensa desigualdad social. ¿Por qué insisten en menospreciar, maltratar, humillar y asesinar a la mano de obra? ¿Por qué limitan y recortan los derechos de quienes producen la riqueza?

Los derechos del pueblo trabajador

Apoyo en las calles de Bogotá a la Consulta popular por las reformas. Foto Presidencia de la República

¿Qué opina de las tensiones que ya han manifestado algunos congresistas de la Comisión IV ante la ponencia mayoritaria?

Es que ellos representan muchos intereses y son susceptibles de caer en contradicciones. A diferencia nuestra, porque nosotros tenemos una línea clara y sencilla en la discusión: hasta el final defenderemos los derechos del pueblo trabajador.

Ahora, que no se pongan de acuerdo en temas como la jornada diurna y nocturna, o en los recargos dominicales y de festivos, le da más fuerza a la Consulta popular como una iniciativa donde el que decide es el constituyente primario.

¿Cuál es la mayor motivación para seguir en esta discusión?

Estamos en esto por una razón. Según cifras del Ministerio del Trabajo, 3.323 sindicalistas fueron asesinados entre 1971 y 2023; 449 sufrieron atentados contra su vida; 254 trabajadores sindicalizados fueron víctimas de desaparición forzada; 7.884 amenazados de muerte; y 2.987 trabajadores y dirigentes fueron desplazados. Por ellos y ellas, a quienes ofrendaron su vida por ser trabajadores, nos debemos.

El país necesita esta reforma, y ese es nuestro compromiso: defenderla no solo en el Senado, sino también en las calles, junto con la gente.
Con información del Semanario Voz

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