La Colmenita, Compañía cubana de teatro infantil, que es Embajadora de buena voluntad de la UNICEF, se ha instalado en el corazón del Pueblo Cubano no solo por la belleza de sus propuestas, sino –y sobre todo– porque se ha empeñado en formar más que artistas, buenas personas para el devenir de Cuba y el Mundo.

Por: Oscar Hernando Avellaneda (*)

Así volvió a quedar demostrado el pasado 10 de febrero, cuando presentó, junto a la Editorial Ocean Sur, el libro escrito por su director Carlos Alberto «Tin» Cremata: “La Colmenita, ¡Mi vida!”, que recoge en imágenes y textos 34 años de su extraordinario trabajo.

Además se estrenó la obra de teatro del mismo nombre, con la asistencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto a representantes de organizaciones políticas y de masas, y personalidades de la cultura y la ciencia.

En la obra, estructurada al modo de «conferencia de prensa» se hace referencia a Fidel y Raúl, líderes de la Revolución Cubana y amigos entrañables de la Compañía.

Tin Cremata afirmó, en entrevista para Cubadebate, que la Compañía (fundada el 14 de febrero de 1990, cuando se avecinaba el “periodo especial”) «No es la obra de un hombre, es la obra colectiva de cientos de personas que todos los días la siguen forjando» para formar hombres y mujeres de bien.

Confesó su fascinación con el fragmento final de Meñique (obra de José Martí): «Tener talento es tener buen corazón; el que tiene buen corazón, ese es el que tiene talento» y agregó:

«Al principio quería que los niños aprendieran cosas de teatro. Después me di cuenta de que los niños no son, ni pueden ser jamás, artistas profesionales. Ellos son escolares. Quizá los que se matriculan en escuelas de arte sí van a estudiar una carrera para ser actores, para ser actrices, pero en La Colmenita tenían que variar las cosas. Posiblemente en el séptimo, octavo o noveno año me percaté que había que escuchar más lo que querían hacer los niños en aquel juego teatral. Al principio éramos los adultos dictando qué queríamos que hicieran los niños. Hasta que descubrí que lo que tenía más valía era que ellos fuesen los que propusieran».

Asegura que «La Colmenita ha dejado de ser un proyecto artístico para convertirse en un proyecto pedagógico» y concluye:

«La Colmenita ha sido mi vida. Cuando siento que voy perdiendo virtudes, este es el espacio que me las recuerda. Hay acciones que solamente producen los niños o los padres bajo el influjo de los niños. La Colmenita es corregirme, es enrumbarme. ¡Es tanta la vocación diaria! La Colmenita es felicidad multiplicada, y es el sentido de mi vida».

La compañía, además de un delicioso repertorio musical, ha generado tres películas, un documental, varios discos, tres temporadas del programa de televisión “La Colmena TV”, y tiene la aspiración de fundar una Colmenita en Haití, porque “son los que más lo necesitan” y otra en Turquía.

¡Muchas felicidades en este 34 aniversario a Tin, y a cada niña, cada niño y cada familiar que ha entregado su tiempo, sus ganas y su empeño en tejer fantasías desde las tablas y juntarse, al menos una vez a la semana, para entre todos, seguir haciendo el bien y regalar buena música, mucho Amor y tantas alegrías para Cuba y el Mundo!

(*) Miembro del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba

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