La libertad y la república se deben a un negro y a un indígena: el almirante José Prudencio Padilla

Bien, hemos hablado varias veces ya del almirante Padilla en el recorrido de este año.

Lo hicimos allá en Cartagena en Riohacha, después en la tierra de él, el Guajiro.

Guajiro y, además, como ya aquí se dijo, hijo de indígena y negro.

Alguien, alrededor de los últimos debates o citados sobre el movimiento indígena dijo no, que los indígenas no habían ayudado en la construcción de la libertad y del nacimiento de la República de Colombia.

Y cómo no, eso había sido obra de los criollos, es decir, de los hijos españoles nacidos aquí, blancos todos.

Pero es de una inmensa ignorancia porque el Ejército Libertador se compuso de indígenas, de negros, que además se ganaban su libertad por ello, y de mestizos, en general. Era un ejército popular.

Y la persona que hoy es objeto de esta ley de honores, pues es en sí mismo un negro y un indígena.

Por tanto, es el gran aporte que estos pueblos, que llamamos ahora minorías étnicas, han hecho por la libertad y la construcción de la República de Colombia.

Nosotros republicanos, él murió diciendo eso, fusilado, dijo ¡Viva la República!

Esos gritos se expandieron por toda América, literalmente, excepto Canadá. Y por una parte enorme de Europa, incluida la misma España.

Ya en el siglo XX, quizás fue el último movimiento republicano que no logró consolidarse, además, pero que llegó hasta ahí la oleada que desatamos nosotros desde estos rincones del planeta en el siglo XIX.

Hijo de negro y de indígena, y además portador de una vida de película. Película que creo nunca se ha hecho –no sé si me equivoque–, porque uno de las vertientes del arte, del cine, de los audiovisuales, como ahora se llama, es la historia misma de Colombia y muchas facetas de la historia colombiana bien que merecerían la posibilidad de ser llevadas al público actual a través del cine, del documental.

Nosotros hemos abandonado la historia. Ni siquiera se dicta en los colegios, en su inmensa mayoría.

Por alguna razón que yo desconozco quitaron la cátedra en algún gobierno anterior. Eso se ha vuelto a constituir a partir del gobierno de Santos y nosotros la volvimos ley, la necesidad de la historia, de conocer la historia en todos los colegios y la ministra de Educación (Aurora Vergara) tiene la función de que eso se vuelva realidad, no solamente ley, sino que efectivamente se contraten maestros y maestras que enseñen la cátedra de la historia a nuestros niños y niñas.

Y se pueda entender por qué somos lo que somos, para bien y para mal.

El almirante en esa vida de película fue puesto preso. Él allá en las playas de Riohacha tuvo contacto con el mar, se convirtió en un hombre de mar, aprendió a navegarlo. Pero en sus luchas terminó en una de las grandes batallas del mundo –la batalla de Trafalgar, si no estoy mal– enfrentándose al almirante Nelson en aquel entonces.

Padill​​a y Bolívar
Y fue puesto preso por los ingleses y fue a parar a las mazmorras allá. Allá duró creo que cinco años, aproximadamente, y regresó a Colombia –Colombia no se llamaba aun así–; había pasado por todo el escenario de esas batallas, sus conocimientos indudablemente aumentaron. Quizás en la cárcel se hizo rebelde, quizás cuando llegó aquí, en una playa, por allí, se encontró coincidencialmente con Bolívar, y Bolívar viendo el antecedente y la experiencia de marino, pues le pidió que lo ayudara a hacer una revolución.

Y José Prudencio partió hacia esas tareas, en ese entonces, en esa generación que creó la independencia y las repúblicas, incluida la nuestra.

Bolívar lo recogió lo volvió hombre de mar, militar y luchó. Ya había logrado una batalla naval exitosa en Cartagena, pero lo que más se recuerda de él en sus varias batallas es la del Lago de Maracaibo. La batalla del Lago de Maracaibo tiene una importancia crucial y esto también tiene que ver con este debate ahora sobre el movimiento indígena, porque ya habíamos logrado derrotar a los españoles en tierra colombiana.

Ya había un espacio enorme de independencia y de república en América del Sur, Panamá incluida, y venía un segundo ejército de reconquista de España. Iba a repetirse la historia que había acontecido antes. Venía la reconquista española; era un inmenso ejército cuya finalidad era derrotar a los patriotas y recuperar el territorio que habían perdido y volverlos de nuevo, volvernos de nuevo colonias sin independencia, sin libertad.

Y es el Gran Almirante, hoy, José Prudencio Padilla, el que llega ya a Maracaibo hace una acción audaz incluso transportando los barcos por tierra para ponerlos en la retaguardia de la flota española y derrota, destruye la flota española, y el ejército de la reconquista nunca pudo entrar a tierra y nunca pudo entonces cumplir su misión de volver a España y al monarca español el dueño de estas tierras.

A Padilla se debe la independen​​cia
Es al Gran Almirante José Prudencio Padilla a quien se le debe en realidad el golpe definitivo de la independencia. Nosotros no tenemos la valoración de la historia de esa manera. Se nos volvieron mucho más importantes las batallas de Bolívar y Santander y olvidamos al negro, al indígena.

Lo olvidamos y sobre todo en la importancia estratégica de la batalla del lado de Maracaibo sin esa batalla, es decir, sin el Gran Almirante Padilla nosotros no hubiéramos construido nuestras repúblicas y se le debe entonces la libertad y la república a un negro y a un indígena al mismo tiempo.

El almirante José Padilla murió como casi suele suceder en toda revolución, hijo de la revolución, la revolución lo mató.

Más o menos la historia de Francia, la historia de tantos hechos revolucionarios que terminan las mismas revoluciones matando a sus procreadores. El almirante fue fusilado aquí en la Plaza de Bolívar, por Bolívar, que ordenó el fusilamiento del almirante.

En alguna de esas conspiraciones se rumora que bajo la construcción de unos hechos falaces que terminaron con la vida del Gran Almirante. Y en ese fusilamiento él gritó, ahí en la plaza de Bolívar muy fuerte, muy alto, para que se oyeran esos espacios gritó: viva la república, viva la libertad.

La película que debe​​ríamos hacer

Hoy el Congreso de la República hace esta Ley de honores al almirante y lo eleva al grado de Gran Almirante de la nación. Y ojalá RTVC se ayude a financiar la película que deberíamos hacer sobre estas personas; sobre los hechos, no solo sobre las personas que llevaron a este almirante de una playa y de un hogar tan humilde y en las minorías étnicas tan sujos o juzgadas en el entonces es que los negros eran esclavos en ese momento, y a los indígenas los convertían en peones, en ciervos, pues hijo de toda esa exclusión este hombre rebelde nos entregó la libertad.

Así que, felicito al Congreso por la Ley. Hemos firmado y con este acto formal, ojalá podamos verlo en las pantallas, ahora es en las pantallas de televisión y no en las de cine, la vida de este hombre, la vida grande, difícil, hermosa, diría yo, de un militar del mar. El Gran Almirante José Padilla López.

Gracias por haberme escuchado, muy amables.
Foto: Leo Queen – Presidencia
Con informacion Presidencia de la República

Presidente Petro durante el homenaje y ascenso al General Padilla como Gran Almirante de la nación

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