Que, para evitar la “propaganda de guerra”, la Unión Europea haya prohibido tanto el acceso a los medios rusos (1), como cualquier financiamiento ruso a los medios europeos (2), es algo que no atenta contra la “libertad de prensa”, ¿verdad?

Pero, si en Cuba, es ilegal que medios y organizaciones reciban fondos del gobierno que somete al país a una inclemente guerra económica (el de EEUU), la cosa cambia. Esas son cosas propias de una “dictadura” (3).

Los grandes medios internacionales avalan y promocionan un supuesto “periodismo independiente” cubano, a pesar de “depender”, al igual que las organizaciones “disidentes”, del Gobierno de EEUU (4). Esto quedaba demostrado, una vez más, hace unos días, tras la congelación de los fondos de la agencia gubernamental USAID, por parte del Gobierno de Donald Trump (5).

Medios como ADN Cuba, Diario de Cuba o Cubanet, ONG como Cubalex, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, o el Directorio Democrático Cubano, entraban en pánico (6) (7). “Nos enfrentamos a un reto inesperado: la suspensión de una financiación clave que sostenía parte de nuestro trabajo”, decía un editorial en tono SOS de Cubanet (8), un medio digital que, solo en 2024, recibió medio millón de dólares de Washington (9).

Pero, ¿qué dicen sobre este asunto los grandes medios europeos? Muchos callan. Otros, lo justifican: el diario español El País titulaba que “La suspensión de fondos de la USAID” es “el último gran golpe a la prensa independiente latinoamericana” (10). El texto lo firmaba la cubana Carla Gloria Colomé quien, durante años, trabajó en la Isla cobrando, como buena “periodista independiente” (11), del Gobierno de EEUU (12).

La USAID ha repartido, en las últimas dos décadas, cerca de 350 millones de dólares, entre más de 50 grupos y medios del “anticastrismo”, ubicados tanto en Cuba como en Miami (13). Solo en 2024, dedicó 2,3 millones de dólares a “medios de comunicación independientes y libre flujo de información” en Cuba (14). Traducido: a pagar noticias y reportajes que justifiquen su política de asfixia económica contra Cuba y culpen al Gobierno cubano de las penurias que produce.

Pero la USAID es solo una de las fuentes gubernamentales. Otra es la NED (National Endowment for Democracy), que también sostiene medios y ONG cubanas de “oposición”. Y lo hace de manera directa o triangulada, a través de ONG de Argentina, Perú, Chile, Colombia, México y otros países (15).

Nada de esto es motivo de escándalo en la prensa internacional. No leerán nota, noticia, reportaje, entrevista ni artículo de opinión que aborde la evidente contradicción de un “periodismo independiente” que “depende” del dinero de la Casa Blanca y que reproduce, de manera milimétrica, su relato contra el Gobierno cubano.

Tampoco produce sonrojo en las redacciones que el Gobierno de EEUU, a través de la USAID, haya financiado a 6.200 periodistas de más de 700 medios y a 279 ONG mediáticas en 30 países (16). La impresentable ONG Reporteros Sin Fronteras denunciaba que el congelamiento de 268 millones previstos para 2025 “suma en el caos al periodismo de todo el mundo”, al cortar “un apoyo vital a proyectos que fortalecen los medios de comunicación, la transparencia y la democracia” (17). Lo más triste es que diarios progresistas repiten este mismo discurso: “los recortes de Tump”, decía The Guardian, “pueden disparar la desinformación” (18). Vergonzosa manera de justificar la imposición, mediante dinero, en la opinión pública internacional, del relato, ideología y valores ligados a los intereses de EEUU y de la OTAN (19).

Por cierto, la USAID ha financiado, en los últimos tres años, a nueve de cada diez medios de comunicación de Ucrania, para sostener la retórica de la guerra contra Rusia (20) (21).

¿Se imaginan que dirían los medios internacionales, que hoy justifican esta escandalosa injerencia mediática y política de EEUU en todo el mundo, si una décima parte de todo esto lo hicieran Rusia, China, Venezuela… o Cuba?
Fuente: Cubainformación

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