Gustavo Petro Urrego. Foto redes sociales

El Gobierno del cambio, liderado por el presidente Gustavo Petro, enfrenta este año grandes desafíos. Algunos de ellos son líneas de continuidad de procesos, mientras otros responden a nuevas coyunturas.

Editorial 3254

En el ámbito de las relaciones internacionales, tanto antes como después de su victoria electoral, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos está generando fuertes tensiones diplomáticas. En la agenda global, EE. UU. está intentado imponer la suya, destacándose en temas como los negocios y la extracción de petróleo, la política de drogas, el ataque hacia la población migrante.

El presidente Gustavo Petro tendrá que acudir a toda la mediación y consensos globales para impulsar la agenda que es fundamental para Colombia: la transición energética, con el apoyo de las economías industrializadas para financiarla, así como las políticas mundiales contra el hambre y la migración desde una perspectiva social y humanitaria. Es claro que, con Trump, no hay mediación alguna en las relaciones bilaterales. Su política agresiva exige que los países latinoamericanos, incluida Colombia, adopten una férrea posición soberana. Como se diría cotidianamente “hay que hacerse respetar”.

La supuesta crisis con Venezuela, que en realidad no lo es, en la medida en que Colombia asistió oficialmente a la posesión del presidente Nicolás Maduro a través de su embajador Milton Rengifo Hernández, representa un reto. Es necesario superar las tensiones mediante una política de fronteras abiertas, consolidando el comercio entre ambos países, y recordando que Venezuela está comprometida en facilitar y apoyar la Paz Total en nuestro país.

Avanzar en la Seguridad Humana y la Paz Total no es solo un reto del Gobierno, sino de la sociedad colombiana, lo cual pasa por renovar y dinamizar las negociaciones en curso, con el ELN, las disidencias de las FARC y el sometimiento a la justicia de los grupos criminales de alto impacto, sin dejar de lado la implementación integral del Acuerdo de Paz firmado en 2016.

En cuanto a las perspectivas legislativas que deben garantizar las reformas, el representante a la Cámara por la Unión Patriótica, Gabriel Becerra, ha planteado que “Frente a un clima adverso en el Congreso, donde se han hundido proyectos clave como la Reforma Política, la Reforma a la Educación o la Ley de Financiamiento, el Gobierno se ha puesto el reto de sacar adelante proyectos de ley para el período legislativo 2024-2025: Reforma a la salud, Reforma Laboral, Reforma a la ley de servicios públicos, Pequeña minería, Sistema penal acusatorio, Ley estatutaria de Educación, Optimización de inversiones para la transformación económico y el Proyecto de Acto Legislativo de Autonomía Territorial”.

El representante hace mención especial del proyecto de ley ordinaria de Jurisdicción Agraria con el cual avanza y fortalece la justicia en el campo y el cumplimiento del punto uno del Acuerdo de Paz. La Reforma a la salud se encuentra en segundo debate, la Reforma Laboral está a la espera de su tercer debate y los demás proyectos aguardan su trámite en primer debate. “Confiamos en que las plenarias de Cámara y Senado acojan los avances y los acuerdos logrados en las comisiones”, escribió el representante en su cuenta @BecerraGabo.

El movimiento popular en lucha en Colombia enfrenta también sus propios desafíos en el 2025. En medio de los avances, los logros de la política social del Gobierno, las reformas y los cambios, la lucha contra el modelo neoliberal continúa.

Lograr las reformas sociales y la aprobación de los proyectos de ley que aún faltan no es una tarea exclusiva del Gobierno. Es tarea central del movimiento popular, que debe responder y respaldar estas iniciativas con la movilización y la lucha de clases.

El movimiento popular y social tiene enfrenta el desafío de abrazar y asumir el proyecto político del nuevo Partido Movimiento Unitario Pacto Histórico, como fase superior de la participación del pueblo en la política, desde abajo y territorialmente. El fin es incidir en los asuntos públicos, participar activamente en la toma de decisiones, conquistar más derechos para el pueblo y lograr ser gobierno en el 2026.
Con información del Semanario Voz

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