Trabajadores de la industria del cemento. Foto Pexels
El grupo empresarial Argos multiplicó sus utilidades en los últimos años, enriqueciendo a directivos y accionistas, mientras los obreros afrontan penurias y duras condiciones de trabajo
Por: Redacción Territorios
Dos organizaciones sindicales de la industria del cemento de Antioquia ─Asopenjub y Asopencca─, que agrupan a trabajadores en servicio activo y pensionados, se han trenzado en una polémica con el actual gerente de la empresa Cementos Argos, Jorge Mario Velásquez. El debate es alrededor de la tesis sobre el origen de la riqueza que producen las factorías industriales y, por ende, del progreso de las regiones.
En un comunicado de prensa publicado en El Colombiano, en la primera semana de junio pasado, el dirigente empresarial asegura que los mandos empresariales son los artífices del enriquecimiento y el progreso de la compañía, emblemática de la producción cementera en el país, dejando de lado el papel de los obreros, como verdaderos gestores, con su trabajo diario, de la riqueza de la compañía industrial.
“Este sesgo desafortunado, no solo causa malestar entre los trabajadores que dedicaron sus vidas a tan duras labores en las canteras, en el transporte de la materia prima y en el mismo proceso de la producción del cemento, labores que en realidad repercutieron en la salud de los trabajadores por la contaminación, fuera de los accidentes de trabajo que sufrieron muchos de ellos”, puntualiza una declaración de las dos organizaciones sindicales.
Utilidades multimillonarias
El documento de los trabajadores recuerda que la mano de obra obrera hizo posible que las ganancias del grupo empresarial Argos, pasaran de 643 mil millones de pesos en 2015 a 7.6 billones de pesos en 2024, con un aumento del valor de las acciones de 268 a 688 pesos por unidad, un incremento de más del 157 %.
“¿Este enriquecimiento salió de la nada? ¡Si los milagros existen, este no fue uno de ellos, fue el resultado del trabajo de los obreros!, reconociendo, tenemos que ser sinceros, la función administrativa (nosotros sí somos democráticos). ¿No creen que si la empresa, los directivos, los accionistas, obtuvieron jugosas ganancias, los trabajadores, como parte imprescindible, merecen también unas mejores condiciones socioeconómicas conjuntamente con sus familias, que fueron las que verdaderamente los apoyaron para su rendimiento en el trabajo? Seamos sinceros en la respuesta”, menciona el documento sindical, firmado por William Serna ─Asopenjub─ y Alveiro Mesa ─Asopencca─.
Contra los campesinos
El documento destaca que después de la matanza de los trabajadores de Cementos El Cairo, los campesinos y comunidades de los municipios de Santa Bárbara, Abejorral y Montelíbano siguieron pagando las consecuencias de la expansión de Argos.
Las parcelas ─habitadas y trabajadas por los campesinos─ carecen de títulos de propiedad, porque la empresa cementera se apropió de esas tierras, aduciendo que le pertenecen. Argos, posteriormente, creó una empresa de energía eléctrica llamada Celsia, utilizando la hidroeléctrica de Cementos El Cairo y desde entonces comenzó a cobrar tarifas de servicio a los campesinos, quienes antes no tenían que asumir ese gasto.
Con información del Semanario Voz