El 10 de enero de 2023, visitamos la tierra del gran aborigen Nátaga. Íbamos en busca de calor, pero nos encontramos con torrencial lluvia. Hacía frío. Todavía turistas permanecían disfrutando de esta hermosa geografía ubicada en el sur del departamento de Tolima.

Por Nelson Lombana Silva

Acerca de Natagaima, hay varias hipótesis sobre el origen del término. Para unos, la palabra se descompone en dos: Nátaga, que significa cacique e Ima, que quiere decir: Tierra.

Otros sostienen que había un gran cacique llamado Nátaga quien era el jefe en esta región del Tolima y fue unido con la reina Ima, reina de los caciques del centro del territorio.

Por su parte, Pedro José Ramírez Sendoya, habla de territorio de cal, del quechua Nattac, que se refiere a la cal con que los nativos pintaban de blanco sus bahareques y la terminación Karibe Ima que significa territorio.

Sea como sea, este municipio también se encuentra bañado por el río Magdalena, una población de hombres y mujeres nobles, golpeados brutalmente por la violencia, primero por los avaros y criminales invasores españoles y después el paramilitarismo durante la sangrienta dictadura del narcotraficante número 82, según la CIA, Álvaro Uribe Vélez con su tenebrosa “Seguridad Democrática”.

Todavía deambula uno por sus calles polvorientas con miedo, la gente saluda con desconfianza, el eco de los lamentos del descuartizamiento del paramilitarismo con la complacencia de muchos burgomaestres y autoridades, al impulso de la motosierra, se escucha en la distancia con horror infinito.

En busca del compañero

Íbamos en busca del histórico líder comunitario, José María Forero Castro, hermano del camarada Teófilo Forero Castro, gran dirigente nacional del Partido Comunista Colombiano, villanamente asesinado por el Estado en las concurridas calles de Bogotá hace un buen rato.

Fijamos como punto de encuentro la plaza de mercado. Mientras llegaba desayunamos en estos puestos populares con un delicioso caldo de pollo. El personaje es conocido allí como “Chepe” o sencillamente: “Camarada”. No se molesta ni por lo uno, ni por lo otro.

Mientras lleva la comida a un perrito, yo lo espero en una cafetería cerca del templo parroquial. La mañana era lluviosa. Los pocos transeúntes, se desplazaban abúlicos en distintas direcciones.

Análisis de coyuntura

De regreso, me invitó a su casa y me presentó a su hermana. No había tiempo que perder. Comenzamos por hacer un intercambio de opiniones sobre la situación actual, el análisis de coyuntura, destacando la tirantez internacional, sobre todo el intento de golpe de estado en Brasil, la situación de terror que vive el pueblo peruano, la situación que maneja Rusia, la situación imperialista de Estados Unidos.

En el contexto nacional, comentamos el surgimiento del Pacto Histórico, el triunfo de Gustavo Petro y Francia Márquez, el desafío del momento y las perspectivas dependiendo en grado sumo de darle continuidad y desarrollo al Pacto Histórico. Seguía el día frío.

De igual manera, el papel de los comunistas en este momento histórico. El esfuerzo que hay que hacer para que la Unión Patriótica esté a la altura y consecuente con los cambios reales, erradicando el oportunismo de seudo dirigentes llevados por el interés personal y el ahistoricismo.

La otra arista de la visita

Después, planteamos la otra arista de la visita: El Partido Comunista se aproxima a los cien años, se hace necesario presentar un documento sobre su accionar en el Tolima y Natagaima fue bastión en la lucha revolucionaria. Ni más ni menos que estábamos frente a un hombre luchador incansable con un historial revolucionario inmenso. Un hombre que si bien no milita como tal actualmente, lleva en sus venas la lucha del pueblo indígena y campesino, prácticamente toda su familia ha sido protagonista de la historia revolucionaria en esta parte de Colombia. Se ha jugado la vida en esas trochas, en esos caminos, en esos cabildos y en esos resguardos.

No se siente cansado de la lucha. Sus ojos brillan cuando relata su odisea. Lo hace sin rodeos, reconociendo sus errores y sus aciertos, denunciando a los oportunistas que se han lucrado del Partido sin remordimiento.

Durante largas horas de entrevista, el compañero Chepe narra detalles de la vida de sus padres, sus hermanos, las coincidencias y los disensos, lo hace con claridad y sin tapujos.

Con disciplina sí se puede reorganizar el Partido

El Partido Comunista llegó a tener hasta 34 células, en la actualidad no hay ninguna, pero considera que es el momento de hacer un balance serio y refundar el Partido en este municipio. Considera que es hora de desenfundar la mística revolucionaria, erradicar la corrupción y el oportunismo y crear un ambiente propicio para el trabajo orgánico y político.

“Con el compañero Eduardo Loaiza, logramos organizar 34 células y se vendía 240 números de la prensa revolucionaria. Esta ayudó mucho a la formación y organización”, señala.

“Nos tocó andar todo el municipio. La gente muy atenta. Era una orientación precisa, los cuadros muy honestos y comprometidos con la causa, se educaba en la filosofía marxista y en la estructura del Partido. La gente acataba las orientaciones, existía una buena organización”, agrega.

“Ahora, no hay una célula. Unos acabaron con el Polo por la plata, los supuestos dirigentes se dedicaron a esperar quién les ofrecía más para inclinar la balanza a favor de ellos. Se perdió el respeto, la mística revolucionaria. La gente volvió a los partidos tradicionales y otros pasaron al abstencionismo, totalmente desilusionados”, dice José María Forero Castro.

A pesar del crudo balance, el compañero considera que no todo está perdido y que “sí se puede recuperar la estructura orgánica y política del Partido en este municipio. Para ello, dice, hay que actuar con honestidad y mística revolucionaria, ser honrado con el pueblo, ser sincero, ser compañero, ser solidario. Eso es lo que se ha perdido, compañero”.

La violencia, el terrorismo de estado, el exterminio, también fue factor determinante para pasar de 34 células a ninguna actualmente, destaca el compañero Chepe. “Nadie se atrevía a expresar su sentimiento político, muchos se convertían en informantes, habiendo sido militante comunista, víctima de la amenaza en la región, en su desespero por sobrevivir muchos se convertían en informantes. Esa es una cruda realidad”, afirma.

“Aquí no se podía decir ni pío de militancia comunista. Muchos compañeros les tocó desplazarse. Muchos hacían matar a sus mismos compañeros comunistas, muchas veces por salvar la vida, muchas veces por ganar dinero. Muchos se fueron, muchos murieron. Eso fue el acabose de la militancia, ni siquiera la gente se atrevía a comprar la prensa, nadie la compraba porque era un peligro, era la muerte”.

“Yo traje la prensa durante seis meses. Comencé a traer diez números no más, después subimos a quince, pero la gente no se atrevía a comprarla, porque les daba miedo; otros, la reciben pero no la pagan. Yo tengo una situación económica muy crítica y me tocó renunciar. Otro compañero la está trayendo, pero está desmoralizado porque la gente no la paga”.

“Raúl sabía explicar el comunismo”

Acerca de la muerte del camarada Raúl Rojas González, José María Forero Castro, señala: “Nos dolió mucho la muerte del compañero, porque él sí tenía una ideología correcta, muy cercana a la filosofía marxista. Él sí era un Camarada. Me gustaba mucho la forma como orientaba, como explicaba. De los camaradas que más sentimos su desaparición fue el compañero Raúl Rojas. Hay otros camaradas, pero hay que cuidarlos mucho”.

“No es tan riesgoso hoy hacer política en Natagaima. Claro, dependiendo como se maneje la disciplina. Si usted viene, no a todo el mundo se le puede decir. No es conveniente decir directa y públicamente que se viene a hacer política comunista. Se puede utilizar otros nombres, como, por ejemplo, vengo a visitar una camada de pollos. No decir públicamente a lo que se viene y ser preciso en la tarea y ya”.

“Del compañero Raúl Rojas yo me recuerdo es que él siempre cuando invitaba para que viniera, venía allí, donde Luis González, nos encontrábamos. Lo que más recuerdo era la forma como orientaba en la educación política, era con su folleto en mano, no era lo que se le antojara a él. Uno entendía que le estaban enseñando una cosa muy filosófica. No era lo que él quisiera. Para mí, fue un camarada muy correcto, un ejemplo para el pueblo. Visitaba con mucha frecuencia el municipio”.

Sobre la oportunidad de reorganizar el Partido en Natagaima, el compañero Chepe, indica: “Pues sí, compañero. Sí se puede. Lo que pasa es que hay que hacerlo con personas honestas y que el pueblo las acepte, porque una persona que diga que es “comunista”, pero lo hayan visto envuelto en corrupción, cosas así, delictivamente en contra del pueblo, no es posible. Estamos jartos de oír y de dejarnos manejar de esos personajes así, nos dañan la imagen y la credibilidad. Aquí, hay personas buenas para reorganizar el Partido, pero claro, no en cantidad. Sí hay posibilidades, pero hay que aplicar la disciplina revolucionaria”.

Regresamos a la ciudad de Ibagué al caer la tarde, en un pequeño carrito que se varó, pero que traía al volante, un Petrista convencido, excelente conversador. Él se encargó de refutar a un profesor “uribestia” que intentó imponer su criterio derechista. Argumentadamente, don Nelson Castro, lo dejó sentado y sin palabras.

Pin It on Pinterest