La ex analista de la Agencia de Inteligencia de Defensa de los Estados Unidos, Ana Belén Montes, sale en libertad, según documentos circulados hoy por la agencia estadounidense de prisiones.

Montes, de 65 años, abandona el penal de Carswell, en Fort Worth, Texas, y comenzará un régimen de libertad condicional por cinco años en el país norteamericano.

La ciudadana estadounidense e hija de puertorriqueños, se encuentra encarcelada desde 2001, acusada de realizar espionaje durante casi una década (1992-2001) según trascendió en el juicio.

El testimonio escrito de Montes Mock habla en estos años de que “salía (de su celda) por una hora y en la ‘jaula de los gorilas’, como la llamaba porque estaba enrejada, hacía yoga. Solamente podía recibir cartas de 20 personas. Y vino el cáncer del seno derecho y una mastectomía, las visitas al hospital, encadenada, adolorida”.

Lectora voraz, Montes Badillo recibió numerosos libros durante estos años (uno de ellos, sobre cuentos latinoamericanos y titulado “Pendejos” fue devuelto por las autoridades carcelarias) y habló religiosamente con su madre cada domingo por cerca de 15 minutos (su padre falleció un año antes de ser arrestada).

Para el abogado de la Comisión Pro Derechos Humanos de Puerto Rico, Eduardo Villanueva, el caso de Montes Badillo está relacionado a la “larga tradición” existente de solidaridad entre Puerto Rico y Cuba, y que nace por las luchas de independencia de ambos países.

De acuerdo con elementos de la investigación, existieron denuncias a Montes en 1996 por temor a que estuviera bajo la influencia de los servicios de inteligencia extranjeros, pero las autoridades estadounidenses no abrieron una investigación contra ella hasta cuatro años después.

El FBI detuvo a Montes el 21 de septiembre de 2001, y la justicia la condenó a 25 años de cárcel en 2002, después de que ella se declarara culpable de conspirar para cometer espionaje.
Con información de Prensa Latina

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