Estatua de Karl Marx. Foto: Max Gerlach / Flickr

“Dejé atrás el idealismo que, en el camino, se había nutrido en los de Kant y Fichte”

Por José Ramón Llanos H.

Marx nació en Tréveris el 5 de mayo de 1818, una ciudad ubicada en la Prusia renana, antes de la unificación de los distintos Estados germanoslo cual sucedió en 1871.

Como lo señala Mijaíl Bakunin, “La Alemania de 1840 está en plena transformación; nace la industria y, con esta, el proletariado industrial, que aún no es una amenaza.”.

Marx inició sus estudios de jurisprudencia a los 17 años en la ciudad de Bona, el 1 de julio de 1835, y los continuó en la Universidad de Berlín a partir del 22 de octubre de 1836. En 1841, obtuvo su doctorado en filosofía en la Universidad de Jena.

Estudiante de la cultura antigua

En un inicio, Marx prestó gran atención al estudio de la cultura antigua, lo que lo llevó a traducir al alemán los dos primeros libros de las Pandectas. Durante esta época, también intentó desarrollar ideas sobre filosofía jurídica y otras cuestiones del derecho.

Más tarde, Marx se sintió atraído por la historia del arte y algunas cuestiones de la literatura antigua. En este contexto, tradujo fragmentos de la Germania de Tácito y los Cantos Fúnebres de Ovidio. Estas actividades lo ocuparon el primer semestre de su vida universitaria. También estudió el derecho criminal de Klein, sus Anales.

Frankz Mehring anota que, durante este tiempo, Marx también leyó algunos textos de “Danzas de las musas y música satírica”. Así transcurrió su primer semestre de estudios. Al hacer un balance de este período, Marx lo valora así: “Muchas noches pasadas en vela, muchos combates librados, muchas sugestiones de dentro y de fuera parecidas”, pero ningún resultado.

Obras de Marx antes de los Manuscritos de 1844

Antes de estos manuscritos Marx escribió La Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, en 1843, inicialmente él había pensado esta obra que podría ser el tema político de su libro Critica de la Política y de la Economía, pero realmente el asunto de los robos de leña, la polémica sobre la libertad de imprenta, la discusión sobre una ley para reglamentar el divorcio y el problema de los campesinos cultivadores de uvas del Mosela,  cuestiones que lo llevaron a reflexionar mientras estuvo colaborando con la Gaceta Renana.

Finalmente, todo esto lo condujo al análisis de la filosofía política de Hegel, así por primera vez estos asuntos lo llevaron a reflexionar sobre como los intereses materiales se convertían en problemas para justificar la existencia del Estado en Hegel.

Los anales Franco alemanes

Tras la muerte de Hegel en Alemania, 1831, sus seguidores se agruparon en los llamados neohegelianos. Algunos de ellos fundaron Los Anales, una revista dirigida por Arnoldo Ruge, en la que publicaron los más destacados intelectuales progresistas alemanes de la época. Además de Marx y Engels, contribuyeron a la publicación figuras como Mijaíl Bakunin, Lázaro Coelestin Bernays, Heinrich Heine, Ludwig Feuerbach, George Herwegh, Johann Jacoby y Mose Hess, entre otros.

En Berlín, Marx dedicó tiempo a leer poesía, en especial a Johann Wolfgang von Goethe, Federico Schiller, y escribió también una novela satírica. Además, se entregó a lo que él mismo describió como “luchar con la filosofía”. En la facultad, recibió clases de Federico Karl Schiller y Henrik Steffens. Centró la mayor parte de tiempo en el análisis de las obras de Emmanuel Kant y Johann Fichte. Finalmente, llegó a la conclusión de que estos hacían de la filosofía un asunto abstracto, fundamentándola en una especie de dogmatismo matemático que conducía a conclusiones axiomáticas.

Por esta razón, Marx concluyó que era necesario analizar: “El mundo vivo de las| ideas, identificar los fundamentos del derecho, el Estado y la totalidad de la filosofía donde el objeto escogido debe ser estudiado en su desarrollo mismo”. En consecuencia, consideró que era a Hegel a quien debía estudiar detenidamente, y en este proceso Marx reconoció en sus Escritos Tempranos: “Mi velo había caído mi sancta sanctorum fue puesto aparte y había que instalar nuevos dioses. Dejé atrás el idealismo que, en el camino, se había nutrido en los de Kant y Fichte y fui a buscar la idea en la cosa misma. Si los dioses habían habitado antes por encima del mundo, ahora se habían convertido en su centro” (1963, p. 7).

De esta forma, Marx reconoce su transición hacia la filosofía de Hegel. Como señala Engels, el gran mérito de Hegel fue haber concebido y representado, por primera vez, “la totalidad de los aspectos naturales y espirituales del mundo, como un proceso orgánico de transformación y desarrollo constante”. Los estudiosos de la obra de Marx coinciden en que este fue un paso trascendental, ya que Marx identificó la importancia de la negación y el valor fundamental de la negatividad. Así comenzó su incursión por la dialéctica, adoptando postulados de Bauger, de Federico Koeppen y Adolfo Rotemberg, todos ellos parte de los hegelianos de izquierda.

Es la época de los Anales franco-alemanes que, realmente, se basaban en el liberalismo. Este período culmina con las obras de Federico Engels y Carlos Marx, cuyas ideas se expresaron entre los años 1842 y 1843 en la Gaceta Renana y en otras publicaciones democráticas.

Es a partir de este momento cuando Engels inicia sus estudios sobre la clase obrera, mientras que Marx teoriza sobre temas filosóficos y transita del socialismo burgués y sentimental hacia definiciones del comunismo. Como este lo expresa en los Manuscritos de 1844: “El comunismo es, en cuanto negación de la negación, afirmación, por lo tanto, el momento real y necesario para el desarrollo histórico futuro de la emancipación y de la reconquista del hombre. Se trata de la estructura necesaria y el principio propulsor del próximo futuro”.
Con información del Semanario Voz

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