Durante la 55ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra Francesca Albanese, experta relatora especial (*) en Derechos Humanos (DDHH) pidió a los Estados miembros que impongan sanciones y un embargo de armas a “Israel”, y señaló: “Cuando la intención Genocida es tan conspicua, tan ostentosa, como lo es en Gaza, no podemos apartar la vista, debemos hacer frente al Genocidio; debemos prevenirlo y debemos castigarlo”

Por: Oscar Hernando Avellaneda

“En concreto, Israel ha cometido tres actos de genocidio con la intención requerida: causar graves daños físicos o mentales a miembros del grupo. Infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial, e imponer medidas destinadas a impedir los nacimientos dentro del grupo”, afirmó Albanese (**).

“En las dos primeras semanas, “Israel” impidió que entrara en Gaza toda la ayuda humanitaria, y en los meses siguientes ha impuesto restricciones extremas al agua, los alimentos, la electricidad y el combustible (…) Esta política deliberada ha inducido una grave inseguridad alimentaria rápida y sostenida en toda la población, y los atrapados en el norte se alimentan de piensos y hierba”, y concluyó:

“En menos de seis meses “Israel” ha destruido Gaza, borrando o dañando gravemente casi toda la infraestructura civil y las tierras agrícolas”.

Denunció que “una minoría de poderosos Estados miembros”, en lugar de detener su impulso, “han prestado apoyo militar, económico y político a la atrocidad, agravando la devastación que ha provocado en los Palestinos”.

Afirmó que negar la realidad y mantener la impunidad y el excepcionalismo de “Israel” ya no es viable, especialmente a la luz de la resolución vinculante del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada el 25 de marzo pasado, que pide inequívocamente un Alto el fuego inmediato en Gaza.

Para asesinar a más de 30.000 civiles palestinos, entre ellos 13.000 niños, el ejército sionista ha utilizado 25.000 toneladas de explosivos (el equivalente a dos bombas nucleares), municiones no guiadas (o “bombas tontas”) y otros artefactos para arrasar barrios enteros.

La experta también se refirió a imágenes publicadas por soldados de “Israel”, “en las que se jactan de sus asesinatos de familias, madres, niños, del bombardeo de hogares, mezquitas y escuelas” y vídeos que les muestran “burlándose sádicamente y humillando a sus víctimas”.

Subrayó que estos actos de Genocidio están motivados por un vehemente discurso antipalestino, que describe “a todo el Pueblo (…) como un enemigo que debe ser erradicado o eliminado por la fuerza”, y “esta retórica es omnipresente en todos los segmentos de la sociedad israelí”.

El hecho de que altos cargos de “Israel” con autoridad de mando pidieran regularmente a sus soldados aniquilar a la población de Gaza constituye “una prueba irrefutable de incitación explícita y pública a cometer Genocidio”.

En este contexto “Israel”, la potencia ocupante, no distingue entre civiles y combatientes ni entre infraestructuras civiles y objetivos militares legítimos. “Israel” ha calificado a toda la población civil de Gaza de “escudos humanos” o “cómplices de los terroristas”, señaló.

Además, los que consiguieron evacuar a zonas definidas por “Israel” como “zonas humanitarias seguras” también fueron objeto de ataques, y sus muertes y lesiones fueron justificadas por “Israel” como “daños colaterales”.

La experta subrayó que el Genocidio de Gaza es la etapa más extrema de un largo proceso de colonización destinado a aniquilar a los Palestinos:

“Durante más de 76 años, este proceso ha oprimido a los Palestinos como Pueblo de todas las formas imaginables, aplastando su derecho inalienable a la autodeterminación demográfica, económica, territorial, cultural y política”, añadiendo que “la amnesia colonial de Occidente ha condonado el proyecto colonial de Israel”.

“El mundo ve ahora el amargo fruto de la impunidad concedida a “Israel”. Ha sido una tragedia anunciada”.

Por su parte, la Alta Comisionada Adjunta para los DDHH, Nada Al-Nashif, presentó un informe sobre los asentamientos israelíes en territorio Palestino ocupado durante el periodo comprendido entre el 1° de noviembre de 2022 y el 31 de octubre de 2023:

“En el periodo que abarca el informe se ha producido una drástica aceleración, en particular después del 7 de octubre de 2023, de las tendencias de larga data de discriminación, opresión y violencia contra los Palestinos que acompañan a la ocupación israelí y a la expansión de los asentamientos que llevan a Cisjordania al borde de la catástrofe”.

Actualmente hay unos 700.000 colonos israelíes en Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental, que viven en 300 asentamientos y puestos avanzados, todos ellos ilegales según el Derecho Internacional Humanitario.

El tamaño de los asentamientos existentes también se ha ampliado notablemente, según el informe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.

Aproximadamente 24.300 unidades de vivienda dentro de los asentamientos israelíes existentes en Cisjordania avanzaron o se aprobaron durante el período del informe, el más alto registrado desde que comenzó el monitoreo en 2017.

El informe observó que las políticas del actual Gobierno de “Israel” “parecen alineadas, en un grado sin precedentes, con los objetivos del movimiento de colonos israelíes para expandir el control a largo plazo sobre Cisjordania, incluido Jerusalén Este, e integrar constantemente este territorio ocupado en el Estado de Israel”, dijo Al-Nashif.

También se produjo un dramático aumento de la intensidad, gravedad y regularidad de la violencia de los colonos de “Israel” contra los Palestinos, acelerando el desplazamiento de sus tierras, en circunstancias que pueden equivaler a un traslado forzoso.

La ONU registró 835 incidentes de violencia de colonos en los nueve primeros meses de 2023, la cifra más alta de la que se tiene constancia, y entre el 7 y el 31 de octubre de 2023, se registraron 203 ataques de colonos contra Palestinos, más de un tercio implicaron amenazas con armas de fuego, incluidos disparos. En casi la mitad de los incidentes fuerzas militares escoltaban o apoyaban activamente a los colonos mientras llevaban a cabo los ataques. Ocho palestinos murieron a manos de colonos, todos ellos con armas de fuego.

Informó que en los casos supervisados por la Oficina de DDHH de la ONU los colonos llegaron enmascarados, armados y, en ocasiones, con uniformes de las fuerzas de seguridad de “Israel”.

“Destruyeron las tiendas, los paneles solares, las tuberías de agua y los depósitos de los Palestinos, profiriendo insultos y amenazando con que, si los Palestinos no se marchaban en 24 horas, los matarían”, afirmó.

Las fuerzas de seguridad entregaron en ese período unas 8.000 armas a los denominados “escuadrones de defensa de los asentamientos” y “batallones de defensa regional” en Cisjordania.

Las autoridades de “Israel” también siguieron ejecutando órdenes de desalojo y demolición contra Palestinos basadas en políticas, leyes y prácticas de planificación discriminatorias. Al-Nashif denunció que “Israel” demolió 917 estructuras de propiedad Palestina en Cisjordania, incluidas 210 en Jerusalén Oriental, de nuevo uno de los índices más elevados registrados. Como resultado, más de 1.000 palestinos fueron desplazados.

“Cabe destacar que de las 210 demoliciones en Jerusalén Este, 89 fueron autodemoliciones realizadas por sus propietarios para evitar pagar las multas de las autoridades israelíes. Esto personifica el entorno coercitivo en el que viven los Palestinos”, afirmó.

El informe documentó el plan en curso de “Israel” de duplicar la población de colonos en el Golán Sirio para 2027, que actualmente se distribuye entre 35 asentamientos diferentes.

Además de la expansión de los asentamientos, se ha aprobado una actividad comercial que puede seguir limitando el acceso de la población Siria a la tierra y al agua.

Para continuar el Genocidio, EEUU ha decidido transferir a “Israel” 25 aviones de combate F-35A, 1800 bombas MK 84 de dos mil libras y 500 bombas MK82 de quinientas libras, pisoteando descaradamente la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pidió el Alto al Fuego inmediato en Gaza.

Si los imperialistas aplicaran a “Israel” los mismos criterios que arguyen para imponer sanciones a Irán, Rusia, Cuba o Venezuela, el régimen sionista ya habría sido objeto de numerosas sanciones por sus, esas si, verdaderamente atroces violaciones a los Derechos Humanos.

Los Pueblos del Mundo, que detuvieron el nazi-fascismo en Europa y el Apartheid en Suráfrica, apoyan la justa lucha del Pueblo Palestino para derrotar al Sionismo.

“Israel” es una organización terrorista que, gracias a la impunidad que le garantiza el imperialismo norteamericano, no tiene interés en ningún Acuerdo permanente de Paz y no respeta el Derecho a la Vida, ni el Derecho Internacional. Ha tomado un camino criminal y siniestro del que no habrá retorno y por ello, más temprano que tarde, tendrá que desaparecer de la faz de la Tierra.

(*)Los Relatores especiales y otros expertos independientes forman parte de lo que se conoce como Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. No forman parte del personal de la ONU, son independientes de cualquier gobierno u organización y no reciben un salario por su trabajo.

(**)Francesca P. Albanese es abogada y académica internacional italiana. El 1° de mayo de 2022 fue nombrada relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los DDHH en los Territorios Palestinos ocupados desde 1967, por un periodo de tres años.

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