La visita de estudiantes universitarios a la Zona de Reserva Campesina permitió visibilizar la historia de luchas del movimiento campesino de este territorio de Bogotá

Por: María Elvira Naranjo Botero

El pasado mes de febrero, quince estudiantes de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia visitaron la Zona de Reserva Campesina del Sumapaz para conocer el páramo más grande del mundo, reserva hídrica de la humanidad. Allí, en extensas montañas de la Cordillera Oriental, cerca de 5.000 campesinos comparten su hábitat con miles de frailejones y pajonales, venados, dantas, pumas, osos de anteojos y múltiples especies de ranas y aves. Actualmente se considera inadmisible el páramo como atracción turística por el daño irreparable que puede ocasionarse a este ecosistema único en el mundo, por tanto, solo se permiten encuentros académicos con un número reducido de visitantes.

La visita tuvo el propósito de conocer y apreciar la historia de la resistencia agraria por la defensa ambiental de este territorio y el proceso organizativo de la Escuela Agroecológica de Las Vegas. Allí fue posible conocer la huerta, las ovejas, el galpón de conejos y observar a los niñas y niños pioneros en las actividades que hacen parte de su formación en la Escuela Agroecológica, como futuros guardianes de su ecosistema. Los pioneros Gabriel Baquero y Juan Esteban Riveros compartieron sus vivencias en los encuentros intergeneracionales, en los recorridos de apropiación del territorio y en los juegos que reviven costumbres y relatos de sus abuelos. Para los estudiantes de Sociología fue un ejercicio de Investigación Acción Participativa necesario en su formación integral como futuros profesionales comprometidos con el apoyo a las reivindicaciones campesinas ambientalistas.

Casi cien años de historia

El compañero Gilberto Riveros, “Chávez”, explicó cómo las luchas campesinas en la región tienen una larga historia. Los primeros colonos llegaron huyendo de la violencia, buscaron un refugio para iniciar una nueva vida y tuvieron numerosos conflictos con latifundistas que intentaban expandir sus haciendas en las tierras baldías ocupadas y trabajadas por los colonos. En 1928, con la dirección de Erasmo Valencia, se creó la primera organización campesina de la región. Como parte de este proceso, en 1929 surgió la Colonia Agrícola del Sumapaz bajo el liderazgo de Juan de la Cruz Varela, junto con otros líderes agrarios de Icononzo, Pandi y Cunday, quienes fueron integrantes del Partido Agrario Nacional, PAN y, posteriormente, de la Unión de Izquierda Revolucionaria, UNIR, liderada por Jorge Eliécer Gaitán. Allí continuaron la lucha por las reivindicaciones del campesinado y a raíz del asesinato de Gaitán, Juan de la Cruz Varela ingresó al Partido Comunista en 1950.

El Sindicato de Trabajadores Agrícolas del Sumapaz, Sintrapaz, fue creado en 1957. Heredero de los agrarios de Varela, desde entonces ha liderado los procesos organizativos en la región y ha sido ejemplo de resistencia activa campesina, a pesar de la permanente persecución estatal, con bombardeos, hostigamientos, falsos positivos judiciales y empadronamientos. La militarización llegó a ser de tal magnitud que ingresaron hasta cuatro soldados por habitante en la localidad. Como parte de la negociación con el Gobierno, en el Paro Agrario del año 2013 se logró la creación de la Escuela Agroecológica. Luego de una lucha de casi un siglo y una larga espera de doce años, con el apoyo de Asojuntas y otras organizaciones sociales y juveniles, el Sindicato obtuvo el reconocimiento legal de la Zona de Reserva Campesina. La Zona está ubicada aproximadamente a cien kilómetros del centro de Bogotá, está integrada por dieciséis veredas e incluye 22.806 hectáreas. Como lo expresa el dirigente campesino Misael Baquero López, “la Zona de Reserva Campesina del Sumapaz es un reconocimiento para el campesinado al permitir que exista un equilibrio entre producción y conservación con desarrollo autónomo de las comunidades. La tierra en manos del campesino es el mejor camino a la Paz Total”.

El Colectivo Niñez y Juventud Campesina Sumapaceña

Pioneros de Sintrapaz. Foto M.E.N.B

En la Escuela Agroecológica, los estudiantes de Sociología tuvieron la oportunidad de escuchar creaciones artísticas musicales de campesinos del Sumapaz, entre ellas “Relatos” de Andrés Guillermo Mora y su grupo Subliminal, “¿Que quién soy yo?” del grupo Retoño Musical Sumapaceño y “Casas de bahareque” de Beto y sus Navideños. También dialogaron con algunos integrantes del Colectivo, una organización de niñas, niños y jóvenes que luchan por una vida digna para el campesinado, reciben el legado de las luchas agrarias, lo continúan y fortalecen con alegría, creatividad y rebeldía. Los jóvenes Katerin Julieth Ramírez León, Miguel Ángel Villalba Delgado y Santiago Porras Palacios explicaron las tres líneas de trabajo que orientan sus actividades: defender y cuidar el territorio, con aprendizajes y prácticas en torno a la preservación de los recursos naturales, en particular, las fuentes de agua; garantizar el relevo generacional para seguir en la lucha con los sueños de los abuelos y, por último, fortalecer la identidad campesina a través de la revista Fogón, de programas radiales y podcast, jornadas de muralismo, escuelas y campamentos como la Escuela Política Juvenil Agrarista.

El Colectivo está conformado actualmente por treinta jóvenes quienes se reúnen mensualmente y tienen a su cargo también la formación y articulación de los grupos de pioneros sumapaceños del Sindicato y de la Zona de Reserva Campesina. Su estructura organizativa está constituida por áreas de trabajo, así: Katerin Ramírez y Norma Riveros en organización, Santiago Porras en finanzas, Karen Baquero en educación, Liliana Romero en comunicación y Miguel Villalba en masas. Diego Riveros es responsable de la secretaría política y estudiante de agronomía de la Universidad Nacional, quien ha publicado una bella crónica sobre el convite, una actividad de apoyo mutuo entre familias de Sumapaz que revive costumbres solidarias ancestrales.

Somos hijos del Sindicato

Los jóvenes del Colectivo afirman: “Somos herencia viva de las luchas agrarias de nuestros abuelos y abuelas que por cerca de cien años han batallado por el derecho a permanecer en el territorio”. Miguel, Katerin y Santiago también son estudiantes universitarios. Miguel estudia Derecho en la Universidad Libre y dice: “Mis estudios serán para aportarle al Sumapaz, llevando siempre la memoria de mis abuelos. Mis conocimientos serán para fortalecer la unidad, la organización y la lucha que por años han sido las banderas de la juventud campesina”.

Katerin ingresó este semestre a la Universidad Nacional a estudiar Sociología en el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama), con sede en el corregimiento de Nazareth de la localidad de Sumapaz y espera que este programa responda a sus expectativas porque ofrece una metodología de aprendizaje activo, orientada a adquirir competencias en la elaboración de proyectos que den respuesta a problemas de la vida real y de la identidad campesina. Santiago también ingresó hace varios semestres a la Nacional a través del Peama a estudiar Antropología y actualmente continúa sus estudios en la sede de Bogotá. Santiago afirma que el Colectivo por más de diez años ha logrado la formación de nuevos líderes para fortalecer las organizaciones sociales gracias al trabajo de dirigentes como Néstor Díaz, Nirza Morales, Carlos Morales, Daymer Ríos Cifuentes, Joana López y muchos más.

Esta visita, en conclusión, permitió identificar interesantes afinidades como la defensa del territorio y del medio ambiente, que sin duda harán posible continuar un diálogo de intercambio de experiencias y posibilidades de trabajo conjunto juvenil.
Confraternización entre estudiantes de la Universidad Nacional y campesinos del Sumapaz. Foto M.E.N.B.
Con información del Semanario Voz

Pin It on Pinterest