Quito.- Ecuador vive hoy un feriado nacional por los 205 años de la independencia de Guayaquil en medio de la jornada de protestas impulsadas por el movimiento indígena contra políticas económicas del Gobierno de Daniel Noboa.

Este será el décimo octavo día del paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) en rechazo a medidas gubernamentales como la eliminación del subsidio al diésel que elevó el precio de ese combustible de 1,80 a 2,80 dólares por galón.

El ministro del Interior, John Reimberg, informó que el Ejecutivo tiene un plan especial para evitar bloqueos de carreteras de cara al feriado de cuatro días que se inicia este jueves.

Inicialmente, el asueto era sólo el viernes, pero Noboa decidió extenderlo en medio de las movilizaciones sociales y decretó una rebaja temporal del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12 al ocho por ciento para las actividades turísticas.

En entrevista con la televisora local Ecuavisa, Reimberg recordó que la ley prohíbe el cierre de vías, y en ese sentido, señaló que la Policía y las Fuerzas Armadas garantizarán la libre circulación.

Entre los lugares que estarán ampliamente vigilados se encuentra Quito, luego de que el presidente de la Conaie advirtiera sobre la posibilidad de radicalizar las protestas ante la falta de respuestas del Gobierno.

“Tenemos Fuerzas Armadas y Policía Nacional listos para impedir que la violencia pueda llegar a la ciudad de Quito (…) no vamos a permitir que sigan caotizando el país”, apuntó el ministro.

Las movilizaciones se han concentrado en localidades de la sierra ecuatoriana en medio de un estado de excepción vigente en 12 provincias.

En la capital del país se espera el domingo 12 de octubre una marcha de diversos sectores sociales desde Villaflora, en el sur de la urbe, hasta el parque El Arbolito, en el centro.

Este feriado llega luego de que una jueza ordenara la liberación de cinco ciudadanos detenidos tras un ataque en la provincia de Cañar a la caravana donde iba el presidente Noboa, que atravesó una zona de manifestaciones en rechazo a su presencia.

El Ejecutivo denunció lo que consideró un intento de asesinato al mandatario, e incluso habló de impactos de disparos con armas de fuego en los vehículos, sin embargo, un informe policial publicado por el diario El Mercurio indicó que no hay huellas de balas.

En entrevista con la emisora Radio Centro Digital, Reimberg calificó como “una traición” la liberación de los sospechosos de lo que para el oficialismo fue un intento de atentado contra el presidente.

En un comunicado, la Conaie sostuvo que el ingreso del convoy oficial a una “zona de resistencia” en la localidad de El Tambo, en la austral provincia andina de Cañar, no fue un accidente, sino una “provocación del Gobierno Nacional”.
Con información de Prensa Latina

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