Marx, padre teórico del socialismo científico y el comunismo, del materialismo dialéctico e histórico, junto con Federico Engels, sentó las bases para la comprensión del devenir de la sociedad humana y su necesaria transformación.
Por: Oscar Hernando Avellaneda
141 años después del paso a la inmortalidad de Carlos Marx, el 14 de marzo de 1883, reconocemos que: “Los pueblos y hombres que se empeñan y luchan por un mundo mejor, sin explotados y sin explotadores, siguen teniendo en él y sus ideas una herramienta emancipadora imprescindible”
Su cosmovisión otorgó siempre importancia fundamental al desarrollo pleno de los seres humanos, y por ello predijo científicamente que el modo de producción capitalista originaría la destrucción de sí mismo, debido al irrespeto de la producción capitalista hacia el medio ambiente, (que ha producido el cambio climático), la generación de desigualdad y pobreza de millones de seres humanos, asociada con el incremento de la riqueza del uno por ciento (1%) más rico de la población mundial, y el desarrollo de guerras que sumados amenazan hoy la existencia de la Vida Humana en el planeta Tierra.
Sobre él dijo Engels al despedirlo: “Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra.”
Y Fidel afirmó:
“El marxismo no es solo la única verdadera ciencia de la política y de la revolución, sino que desde que el hombre tiene conciencia de sí mismo, es la única interpretación verdadera del proceso de desarrollo de la historia humana” (…) “Pero nosotros no estudiamos marxismo por simple curiosidad filosófica o histórica. No. Para nosotros es vital, es fundamental, es decisivo, estudiar marxismo y enseñar marxismo: para la Revolución es vital y es decisivo estudiar marxismo y enseñar marxismo”. (27 de junio de 1962)
“El marxismo no es un conjunto de “formulitas” para tratar de aplicar a la fuerza la explicación de cada problema concreto, sino una visión dialéctica de los problemas, una aplicación viva de esos principios, una guía, un método”. (10 de abril de 1963)
“Tuvo el marxismo geniales pensadores: Carlos Marx, Federico Engels, Lenin, para hablar de sus principales fundadores. Pero necesita el marxismo desarrollarse, salir de cierto anquilosamiento, interpretar con sentido objetivo y científico las realidades de hoy, comportarse como una fuerza revolucionaria y no como una iglesia seudorrevolucionaria”. (12 de enero de 1968)
“La teoría de Marx nunca fue un esquema: fue una concepción, fue un método, fue una interpretación, fue una ciencia. Y la ciencia se aplica a cada caso concreto. Y no hay dos casos concretos exactamente iguales”. (22 de abril de 1970)
El líder histórico de la Revolución China señalaba:
“La filosofía marxista (el materialismo dialéctico) tiene dos características sobresalientes. Una es su carácter de clase: afirma explícitamente que el materialismo dialéctico sirve al proletariado. La otra es su carácter práctico: subraya la dependencia de la teoría respecto a la práctica, subraya que la práctica es la base de la teoría y que ésta, a su vez, sirve a la práctica.
“La filosofía marxista considera que el problema más importante no consiste en comprender las leyes del mundo objetivo para estar en condiciones de interpretarlo, sino en aplicar el conocimiento de esas leyes para transformar activamente el mundo”
“A menudo, sólo es posible llegar a un conocimiento correcto después de muchas repeticiones del proceso que conduce de la materia a la conciencia y de la conciencia a la materia, es decir, de la práctica al conocimiento y del conocimiento a la práctica. Esta es la teoría marxista del conocimiento, la teoría materialista dialéctica del conocimiento”
“Somos marxistas, y el marxismo nos exige que al examinar cualquier problema, partamos de los hechos objetivos y no de definiciones abstractas, y que formulemos nuestra orientación, política y medidas sobre la base del análisis de estos hechos”
Marx, quien nació el 5 de mayo de 1818 en Tréveris, reino de Prusia, que actualmente pertenece a Alemania, fue el tercero de siete hijos de una familia judía de clase media y señaló: “los dioses” no escogen tribus, ni reyes, ni “pueblos elegidos” (como “Israel” según el sionismo), ni privilegian a unos seres humanos sobre otros (los hombres sobre las mujeres por ejemplo), y demostró que la solución al dilema humano de la felicidad descansa en la acción colectiva que revoluciona, y no en el egoísmo individual de hacerse rico.
Los principios del análisis marxista de la realidad han sido sistematizados en el Materialismo histórico, que sitúa la lucha de clases como motor fundamental de las relaciones humanas y de los cambios económicos a través de los siglos.
El método dialéctico analiza las contradicciones en la historia de la humanidad y como señala Renán Vega: “Las dos contradicciones fundamentales del capitalismo son hoy: capital-trabajo y capital-naturaleza. En esta perspectiva, las palabras finales del Manifiesto Comunista relacionadas con el hecho de que al destruir el capitalismo los obreros no tienen nada que perder, salvo sus cadenas, y tienen un mundo que ganar, pueden ser actualizadas diciendo que la gran masa de la humanidad sufrida y explotada no tiene nada que perder, salvo sus cadenas. A cambio tiene un planeta por salvar”.
Marx destacó que sólo en la fase superior de la sociedad comunista, se acabará con los males inherentes al capitalismo, se superará la esclavización del hombre, su sometimiento a la división del trabajo, desaparecerá la contradicción entre trabajo intelectual y trabajo físico, el trabajo se convertirá de un medio de vida, en la primera necesidad vital, las fuerzas productivas alcanzarán un grado tal de desarrollo que quedará asegurada la abundancia de productos y la sociedad podrá escribir en sus banderas: «De cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades.»
Obras escritas por Carlos Marx:
Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro (1841)
Sobre la cuestión judía (1843)
La crítica de la filosofía del derecho de Hegel (1844)
Manuscritos económicos y filosóficos (1844, publicado póstumamente en 1932)
Tesis sobre Feuerbach (1845, publicado póstumamente)
Trabajo asalariado y capital (1845)
La sagrada familia (en colaboración con Engels, 1845)
La ideología alemana (en colaboración con Engels, 1845, publicado póstumamente)
La miseria de la filosofía (1847)
Manifiesto Comunista (en colaboración con Engels, 1848)
Circular del Comité Central a la Liga Comunista (en colaboración con Engels, 1850)
Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 (escrito entre enero y noviembre de 1850)
El 18 brumario de Luis Bonaparte (1851–1852)
La España revolucionaria (escrito en 1854).
Simón Bolívar y Ponte (1858)
Contribución a la crítica de la economía política (1859)
La tecnología del capital: Subsunción formal y subsunción real del proceso de trabajo al proceso de valorización. (Extractos del manuscrito de 1861-1863)
El Capital (1864–1877. Sólo el libro primero fue terminado por Marx)
Estatutos Generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores (1864)
Salario, precio y ganancia (1865)
La guerra civil en Francia (1870–1871)
De las resoluciones de la Conferencia de Delegados de la Asociación Internacional de los Trabajadores (Londres, 23 de septiembre de 1871) (en colaboración con Engels)
Crítica del programa de Gotha (1875, publicado póstumamente)
¡Honor y gloria a Carlos Marx!