Dedicó su corta existencia a la Revolución y murió por ella, según sus propias palabras. Nació el 25 de marzo de 1903 en La Habana, 122 años después, su legado permanece porque siempre estuvo en la vanguardia por su pensamiento patriótico, comunista y antiimperialista y por su firme combate por la Libertad y la Justicia Social.
Por: Oscar Hernando Avellaneda (*)
Sobre él dijo Fidel: “¡Es conmovedora la historia de esta vida tan breve, tan dinámica, tan combativa y tan profunda!”
“Desde el primer instante, descolló como un extraordinario combatiente revolucionario. Inició en nuestra vieja Universidad la Reforma universitaria, vinculó los estudiantes a los obreros, organizó el primer Congreso de Estudiantes, fundó la Universidad “José Martí”, organizó la Liga Antiimperialista y fundó además, junto a Baliño y otros revolucionarios, el primer Partido Comunista de Cuba!”
“Si se analiza el pensamiento de Mella (…) combatiente incansable contra el imperialismo, se podrá apreciar la coincidencia entre su pensamiento y los hechos de la Revolución Cubana, la coincidencia de su pensamiento y el pensamiento de la Revolución Cubana, lo que Mella aspiraba a hacer y lo que ha hecho la Revolución Cubana”.
“Se ve obligado a abandonar el país meses después de su histórica huelga de hambre. Pero su extraordinaria personalidad, sus ideas y su combatividad atemorizaban demasiado al imperialismo yanki, a la oligarquía al servicio de ese imperialismo y a la tiranía machadista; no pararon hasta instrumentar la conjura que culminó en el cobarde asesinato del 10 de enero de 1929. Troncharon aquel talento extraordinario, aquella vida fecunda, en la flor de su existencia”.
“Julio Antonio Mella, un día dijiste que aun después de muertos somos útiles, porque servimos de bandera. ¡Y así ha sido! ¡Tú fuiste siempre bandera de nuestros obreros y nuestros jóvenes en las luchas revolucionarias, y hoy eres bandera alentadora, ejemplar, victoriosa e invencible de la Revolución Socialista de Cuba!”
Mella se destacó como líder estudiantil y deportista, participando en la firma de un manifiesto mediante el cual los estudiantes de Derecho se oponían al nombramiento como «rector honoris causa» de la Universidad al general estadounidense Enoch Herbert Crowder, y sobre la función social de la Universidad afirmó:
“El más alto centro de cultura no debe ni puede ser una simple fábrica de títulos. Una universidad latina no es una escuela de comercio a donde se va a buscar tan solo el medio de ganarse la vida: la Universidad moderna debe influir de manera directa en la vida social, debe señalar las rutas del progreso, debe ocasionar por medio de la acción ese progreso entre los individuos, debe por medio de sus profesores arrancar los misterios de la ciencia y exponerlos al conocimiento de los humanos”
En enero de 1923 lidera la lucha por la reforma universitaria y funda la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU). En octubre de ese año organiza y dirige el Primer Congreso Nacional de Estudiantes, y en noviembre inaugura la Universidad Popular José Martí, con el propósito de impartir instrucción política y académica a los trabajadores y de vincular la Universidad «con las necesidades de los oprimidos».
Fundó la Liga Anticlerical (1924) y la sección cubana de la Liga Antiimperialista junto a Carlos Baliño con la presencia combativa de Rubén Martínez Villena.
En 1924 publicó un folleto titulado “Cuba, un Pueblo que nunca ha sido libre”, dividido en varias partes: «El imperialismo yanqui ha sido siempre enemigo de la independencia de Cuba», «La soberanía de Cuba ante el Derecho Político», «La Enmienda Platt», y «Otras manifestaciones del dominio yanqui en Cuba».
Visionariamente en su escrito “La única salida”, afirmó: “Hay que hacer la revolución de los ciudadanos, de los Pueblos contra el dólar!” […] “La hora es de lucha”.
El 16 de junio de 1925 fundó con Baliño el primer Partido Marxista-Leninista Cubano siendo su primer Secretario de organización.
En 1926 fue expulsado de la Universidad de la Habana por sus ideas revolucionarias, siendo además injustamente detenido y en la cárcel se declara en huelga de hambre. El Comité Pro-Libertad de Mella inicia una campaña para liberarlo. La presión nacional e internacional se hace sentir, y se le libera el 23 de diciembre de ese año.
Se exilia en México y colabora en los periódicos Cuba Libre, El Libertador, Tren Blindado, y Boletín del Torcedor. Pronuncia conferencias y publica críticas sobre el muralismo mexicano.
En febrero de 1927 asiste al Congreso Mundial contra la Opresión Colonial y el imperialismo, celebrado en Bruselas, en él contacta con revolucionarios y luchadores anticolonialistas de 37 países y 137 organizaciones progresistas del mundo.
Bajo su conducción, los latinoamericanos hicieron en el Congreso un importante aporte al pensamiento revolucionario de la época. Denuncian las dictaduras criminales que apuntalan los monopolios estadounidenses y desenmascaran la “Unión Panamericana” como instrumento de la expansión norteamericana.
Realizó además, una constante labor de apoyo material y solidario a la causa del Pueblo Nicaragüense que, liderado por Augusto César Sandino, resistía la invasión yanqui afirmando: “La lucha contra el imperialismo de todas las fuerzas y tendencias es la lucha más importante en el momento actual (…), tenemos el deber de plantear el problema «nacionalista» para unos, el «social» para otros pero antimperialista para todos”
Viaja a Moscú, donde participa en el Congreso de la Internacional Sindical Roja. Miembro del Comité Central del Partido Comunista de México, lucha por la reforma agraria, la nacionalización del petróleo y en las huelgas de los mineros.
En 1928 conoció a la fotógrafa y luchadora revolucionaria italiana Tina Modotti, ambos participaron en el comité de apoyo a los anarquistas italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, así como en otras actividades como las del periódico comunista El Machete, en el que escribía. Entre ambos jóvenes surgió el Amor y una bella relación que solo duró cuatro meses al ser él vilmente asesinado en México.
Como señalara Ernesto Estevez: “Mucho nos enseña su vida, consagrada a la dignidad humana, la que, en conceptos martianos, debía alcanzar todo hombre” (…) “El único antimperialismo que merece su nombre es el anticapitalista. La única revolución que ha de escribirse con mayúscula es la antiburguesa. El único futuro que merece todos los sacrificios es el que conduzca a una sociedad sin clases”
En el municipio Caimito, provincia de Artemisa (Cuba), se encuentra ubicado el “Campamento Internacional Julio Antonio Mella” lugar especialmente querido por los familiares de los Cinco Héroes que estuvieron secuestrados en cárceles del Imperio, por haber sido espacio de confrontación y debate para contribuir a la liberación de quienes protegían a su Patria de las garras del terrorismo. Esta obra de amor, que podría llenar ahora mismo miles de hermosas páginas en la historia de la Solidaridad internacionalista, recibirá el apoyo del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba para su reconstrucción, ya que fue gravemente afectado por los huracanes que azotaron a la Isla de la Libertad a fines del año 2024.
¡Honor y gloria a Julio Antonio Mella un comunista y antiimperialista integral!
(*) Miembro del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba