Ahed Tamimi, símbolo internacional de la resistencia palestina, fue arrestada el lunes en Nabi Saleh –su pueblo natal, ubicado en el norte de Cisjordania– por el Ejército israelí en el marco de una operación “destinada a detener individuos sospechosos de estar implicados en actividades terroristas y de incitación al odio”.

El gobierno sionista, desde el comienzo del nuevo capítulo del conflicto en Palestina, ha reforzado su política de ataques contra la población cisjordana. Según un organismo de derechos humanos, las redadas sionistas en la región han dejado como saldo más de 2.000 detenidos (La Vanguardia, 6/11).

La detención ha sido completamente arbitraria. El sionismo acusa a Tamimi de haber subido una publicación con un texto que llama a “masacrar israelíes” y de hacer apología del hitlerismo. La madre de la activista aseguró que su hija no es la autora del mensaje y que “hay decenas de páginas a nombre de Ahed y con su foto pero con las que ella no tiene ninguna relación”.

“Cuando Ahed intenta abrir una cuenta en las redes sociales, es inmediatamente bloqueada”, agregó, y denunció que su casa fue allanada por las fuerzas sionistas, las cuales, a su vez, confiscaron los teléfonos de los miembros de la familia

Ahed Tamimi, una luchadora de 22 años, es un ejemplo para todos los jóvenes. Pertenece a una familia de activistas y ha participado desde pequeña en manifestaciones contra la ocupación israelí del territorio palestino. Su casa familiar en Nabi Saleh se ha convertido en un punto de encuentro de militantes que combaten la política sionista.

La imagen de una pequeña Ahed de 11 años amenazando con el puño a un soldado israelí que había irrumpido en su casa para detener a su hermano recorrió el mundo entero. Lo mismo ocurrió con un video en el que se la ve, junto a un grupo de mujeres, tratando de liberar a su hermano menor de un militar que lo estaba asfixiando.

La figura de Tamimi se hizo conocida en 2017, cuando fue encarcelada durante ocho meses por haberle pegado a dos soldados israelíes. Fue su reacción a la barbarie del sionismo, cuyas fuerzas represivas dispararon a un primo suyo por manifestarse contra la disposición de Donald Trump de mudar la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, dejándolo con secuelas de por vida. Una campaña internacional por su liberación tuvo lugar en ese entonces.

Ahed sufre con mucha fuerza la opresión sionista. Su familia es un blanco de ataques del gobierno israelí. Otro primo suyo fue asesinado en medio de una manifestación y uno de sus tíos perdió la vida tras recibir un disparo en la espalda. Su padre, que estuvo en prisión en varias oportunidades, está detenido desde el 20 de octubre y todavía no hay noticias sobre su paradero.

En Cisjordania impera un régimen de apartheid y de expropiación sistemática del territorio palestino. El sionismo expulsa palestinos de sus hogares para que colonos armados vivan allí. Desde el 7 de octubre, el número de palestinos asesinados en Cisjordania por las fuerzas israelíes aumentó a 157 (Anadolu Ajansi, 6/11).

Más en general, el gobierno de Benjamín Netanyahu ha asesinado a casi 10.000 palestinos –el 70% son mujeres y niños. En Gaza, un niño es asesinado cada 10 minutos , 6/11). Por otro lado, el número de prisioneros palestinos en las cárceles israelíes asciende a más de 7.000, de los cuales 2.070 están en detención administrativa –sin que medie juicio– y 162 son niños.

“A lo largo de la historia, los Estados construidos sobre la base de la fuerza y la opresión eventualmente colapsaron, y eso nos da esperanza”, dijo Tamimi una vez. Hay que acelerar ese proceso peleando por una Palestina única, laica y socialista.
Con información de Prensa Obrera

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