Epolidoro Laverde es un consumado líder comunitario del Tolima, actualmente ubicado en el Cañón del Combeima, más concretamente en la vereda Pastales. Tiene 68 años de edad. Lucha contra el cáncer estomacal. Es una lucha desigual que libra el connotado líder comunitario, anteponiendo el entusiasmo y la necesidad de contribuir al duro proceso orgánico de los campesinos y su proyecto estrella: Los mercados campesinos.

Por Nelson Lombana Silva

No da el brazo a torcer, tampoco se lamenta. “Todos estamos expuesto a una enfermedad, no debemos lamentarnos de ello, debemos lamentarnos es de la forma despiadada como los gobiernos venían manejando este tema a la sombra de la ley 100 de 1993 y las criminales EPS. Esperamos que el nuevo presidente, Gustavo Petro, acabe con este modelo vergonzoso y la salud vuelva a ser un derecho en Colombia”.

Llega a la biblioteca agitado, pues ha caminado el interregno Pastales – Villa Restrepo, cerca de tres kilómetros, aprovechando la tarde soleada. Mira la estantería atiborrada de libros. Los admira y los respeta. Siempre ha dicho que la biblioteca es lo más importante en una comunidad, pues allí está concentrado el conocimiento en los libros.

“Siento que el país está cambiando con este presidente”, dice entusiasmado dejando escapar una carcajada. “¿Cómo considera usted el cambio con el nuevo presidente?”, le pregunto al acomodarme cerca de él. “Desde su posesión se ha venido notando el cambio. Mandó al carajo la alfombra, ordenó ya como presidente la presencia de la espada del Libertador, tumbó mucho protocolo y anunció medidas radicales a favor del pueblo. Trabaja de verdad en el tema de la paz, la recuperación de las relaciones diplomáticas con Venezuela e incluso, les dio espacio a dos mujeres comunistas: Patricia Ariza en el ministerio de cultura y Gloria Inés Ramírez en el ministerio del trabajo”.

Hace una pausa, sin dejar de reír. “Qué oportunidad de demostrar que los comunistas no somos ogros. Hay que hacer fuerza para que estas compañeras les vaya bien en esos ministerios”.

“¿Y qué lo motiva a visitarnos hoy compañero Epolidoro?”, preguntamos. “Como la biblioteca es el centro de la comunidad y conozco de su liderazgo, he considerado importante traerte copia del proyecto que los mercados campesinos estamos liderando. Es un centro de acopio de alcance departamental y por qué no subregional que ayude al campesinado por una parte y por la otra ayude a erradicar el intermediario, porque éste es un parásito que no deja progresar al campesino y de paso encarece los productos que produce la tierra para el consumidor. Siempre la idea de los mercados campesinos es que el producto llegue directamente al consumidor”.

Vuelve a echar una mirada por la estantería. “Estaremos muy pendientes de su apoyo. Tener la biblioteca abierta es ya un apoyo porque con su actividad silenciosa, pero efectiva, está contribuyendo en la formación de la nueva sociedad que son los niños”. “La biblioteca es un espacio abierto, amplio y democrático para que los campesinos se reúnan a plantear alternativas a sus agudas problemáticas, un espacio para plantear iniciativas, soñar y contribuir al cambio que todos añoramos. Siempre la biblioteca estará abierta para estas iniciativas de cultura, progreso y desarrollo. Todo este mar de conocimientos que hay en cada libro, no puede seguir durmiendo el sueño de los inocentes, debe llegar a la comunidad, leyendo mucho y practicando lo leído”.

Nos tomamos un tinto y nos despedimos con el compromiso de volver a encontrarnos. “Es mejor dialogar”, dice al marcharse.

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