A partir del 26 de agosto, los trabajadores de la salud del hospital local, Santa Lucía, en Roncesvalles (Tolima), se vieron obligados a lanzarse a paro indefinido ante el incumplimiento de la gerente de cancelar cumplidamente los salarios. A la fecha, según comunicado, les adeuda dos meses. Además, la situación del principal centro asistencial de esta comunidad tan apartada de la capital tolimense, es bastante precaria, agobiada por los pasivos y la política neoliberal de quienes se niegan al cambio que propone el presidente de la república, Gustavo Petro Urrego.

Por Nelson Lombana Silva

La comunidad afectada por el manejo mercantilista que se da a la salud con las EPS, demanda del ministro de salud, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, soluciones concretas para que los trabajadores puedan levantar el cese de actividades, se retorne a la normalidad, haya un plan financiero para hacer viable este centro asistencial y la comunidad pueda recibir atención básica y de calidad. El municipio de Roncesvalles, se encuentra a más de siete horas de Ibagué, por carreteras con sectores que más parecen caminos de herradura. Evacuar un enfermo o herido de allí, es una odisea que el gobierno nacional y departamental deben evaluar con realismos y efectividad.

Según trascendió mañana lunes, se reunirá el ministro y el viceministro para evaluar esta situación tan compleja y tomar decisiones. Así lo indicó la directora prestadora de servicios de atención primaria del ministerio de salud, a la gerente del hospital y por su intermedio a la comunidad en general.

La comunidad debe rodear de solidaridad a los trabajadores en huelga y, desde luego, al principal centro asistencial de la vasta región del sur del Tolima. Examinar con espíritu crítico la postura de las administraciones municipales y del mismo gobernador, quien al parecer está más pendiente de sus pupilos para las elecciones del 29 de octubre, que gobernar con amplitud y transparencia el territorio tolimense.

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