Rusia calificó de escandalosa e inaceptable la orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el presidente ruso Vladimir Putin por su supuesta responsabilidad en crímenes de guerra en Ucrania.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acotó que desde el punto de vista legal la normativa es insignificante pues Moscú no reconoce la jurisdicción de ese tribunal.

En esa misma línea, la vocera del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, recordó que las decisiones emitidas desde La Haya no tienen importancia para el país, ni siquiera en términos jurídicos.

Rusia no es parte del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, no tiene ninguna obligación en virtud del mismo, ni coopera con este organismo.

Estados Unidos, China, India, Pakistán, Turquía o “Israel” tampoco aceptan la figura de esa institución judicial internacional.

El tribunal emitió una disposición similar contra la política María Lvova-Belova, comisionada presidencial para los Derechos del Niño en Rusia, con la misma acusación.

Al respecto menciona la supuesta deportación de menores de edad ucranianos al territorio ruso, lo cual califican de crimen de guerra y habla sobre suficientes fundamentos para creer en la responsabilidad directa del mandatario ruso.

Esa Corte juzga a los individuos responsables de delitos muy graves como genocidio, crímenes contra la humanidad y de guerra, así como agresiones entre Estados.

Igualmente castiga acontecimientos que el propio Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o un Estado remite a la CPI.

Según agregó el Kremlin, el Comité de Investigación de Rusia identificará a los jueces detrás de la ilegal orden de arresto contra Putin.

Por su parte, el ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, celebró la orden de arresto contra el jefe del Kremlin.

A su juicio, la justicia está es marcha y los criminales internacionales pagarán por secuestrar niños y por otros apócrifos delitos.
Con información de Rusia Today

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