En el “Acto de reconocimiento al movimiento sindical como sujeto de reparación colectiva”, con el coraje característico en él, el Presidente Gustavo Petro reconoció públicamente a los trabajadores colombianos como víctimas de una política patronal de martirio sistemático y diversificado contra los creadores y productores fundamentales de la riqueza nacional: el proletariado urbano y rural.

Está demostrado objetivamente que la máquina más moderna e inteligente, necesita ser creada, reparada y operada por seres humanos. Labor desarrollada por millones de trabajadores. Estos son los imprescindibles.

Recordó (Petro) el comportamiento genocida de la United Fruit Company en la zona bananera, en 1928, contra los huelguistas exigentes de condiciones dignas de trabajo y la continuidad de dicha violencia patronal en los territorios de Urabá, en alianza con los paramilitares.

Durante su intervención (el Presidente) hizo alusión a los crímenes cometidos contra líderes y activistas sindicales en casi todos los sectores de la economía nacional y en la enseñanza pública. Todo con el propósito de aplastar los sindicatos y exterminar sus dirigentes, como vía “inteligente” para el incremento del grado de explotación y el aumento imparable de las ganancias.

Propuso Petro, prestarle atención al crecimiento inusitado del “salario relativo”. Entendido éste como la proporción total percibida por los empresarios como “ganancia” (mensual o anua)l y la cantidad recibida por los trabajadores como salario. Citó, como ejemplo que, en los últimos 50 años esa distancia ha sido exponencialmente desfavorable para los trabajadores asalariados.

Sobre la sangre, los huesos, las torturas, encarcelamientos, desapariciones, despidos individuales y colectivos; Cierres fraudulentos de empresas, quiebras ficticias, sobornos a autoridades administrativas y judiciales, etc.; buena parte del empresariado ha efectuado múltiples reformas laborales y pensionales que han logrado reducir a la mínima expresión la tasa real de trabajadores organizados sindicalmente y minimizar los derechos constitucionales y legales.

Son las mismas clases dominantes que sostienen secuestrado el aparato del Estado y los órganos ideológicos, los cuales utilizan para oponerse a las Reformas Progresistas, con argumentos manidos y podridos como su conciencia fétida que pretenden mitigar con retórica demagógica.

Los patronos capitalistas NUNCA han sido partidarios del derecho de asociación para los trabajadores; odian y censuran el derecho de huelga; combaten todos los beneficios económicos convencionales; les disgusta los fueros sindicales, circunstanciales y de estabilidad laboral reforzada; consideran un exabrupto los Derechos Humanos, la libertad política, las libertades civiles, etc.

Nunca en la Historia colombiana, un Presidente de la República, había dicho tantas verdades juntas contra los causantes de la opresión, humillación y expoliación de los trabajadores; ni había ordenado al Ministerio de Trabajo fomentar, por todo el país, el surgimiento de Sindicatos, como forma de reconocer que SIN SINDICATOS NO HAY DEMOCRACIA (así sea burguesa, es decir, mediatizada, limitada, sesgada a favor de la clase rica).

El proyecto de Reforma Laboral oficial contempla mejoramientos para el ejercicio de las Libertades Sindicales (asociación, contratación colectiva y huelga). Pero, los Gremios Patronales y sus agentes en el Congreso Nacional, les cayeron como buitres hambrientos, buscando destrozarla y hacerla anodina, insustancial y superficial. La defensa de las reformas progresistas requiere de la presencia callejera de todos los trabajadores. LA CITA PRÓXIMA ES 27 DE SEPTIEMBRE.

17 de septiembre de 2023

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