Naciones Unidas.-Al celebrarse hoy por vez primera el Día Mundial de los Lagos, uno de los recursos naturales vitales de nuestro planeta, los expertos llaman a protegerlos del uso excesivo, contaminación y el cambio climático.

El 27 de agosto fue la fecha designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en diciembre de 2024, para conmemorar este día, con el objetivo de proteger estos ecosistemas, concienciar sobre la importancia de los lagos en la sostenibilidad ambiental y el bienestar humano, así como promover su gestión sostenible y restauración.

También se busca involucrar a la sociedad en la protección y conservación de estos espacios naturales que son fuentes vitales de agua dulce, esenciales para el consumo humano, la agricultura y la producción de energía.

Además, albergan una biodiversidad única y desempeñan un papel crucial en la regulación del clima al almacenar carbono.

Asimismo, brindan oportunidades recreativas y económicas, atrayendo turismo, pesca y otras actividades que apoyan a las comunidades locales.

Pese a ello, enfrentan amenazas significativas, como la contaminación, la sobreexplotación y los efectos del cambio climático, que deterioran su calidad y cantidad de agua.

La contaminación suele ser causada por entradas de fertilizantes, contaminantes y desechos sólidos que se vierten directamente o se arrojan a los lagos a través de los ríos, y esto se ve agravado por el calentamiento global, lo que lleva, por ejemplo, a inundaciones más frecuentes e intensas.

Los niveles de agua de los lagos también están cambiando drásticamente; el aumento de las temperaturas y los cambios en la capa de nubes provocan una disminución de la cubierta de hielo, lo que aumenta la tasa de evaporación del agua.

Según fuentes especializadas, existen más de 117 millones de lagos que cubren casi el cuatro por ciento de la superficie terrestre del planeta.

Aunque la mayor parte del agua dulce se almacena en glaciares y acuíferos, los lagos contienen alrededor del 90 por ciento del agua dulce superficial, lo que los convierte en fuentes cruciales e inmediatas de abastecimiento.

Sin embargo, los lagos se enfrentan a un grave deterioro y los especialistas pronostican que, de continuar “atacándolos”, para 2050 su valor ecosistémico podría disminuir un 20 por ciento, la contaminación podría duplicarse y las emisiones de metano podrían aumentar, lo que agravaría tanto el daño ambiental como las pérdidas económicas.

Un ejemplo palpable del deterioro de los lagos, es que en los últimos 50 años las especies de agua dulce han disminuido un 85 por ciento, de acuerdo con investigaciones.

Por ello, los expertos urgen a actuar ahora para salvaguardar estos recursos hídricos que son vitales para el desarrollo y la continuidad de la humanidad.
Con información de Prensa Latina

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