“Más que médicos, serán celosos guardianes de lo más preciado del ser humano; apóstoles y creadores de un mundo más humano”. Fidel

Por: Oscar H. Avellaneda (*)

En sus 24 años de creada la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) fundada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el 15 de noviembre de 1999, ha contribuido a una de las causas más nobles de la humanidad: salvar vidas y preservar la salud.

Forma parte del Programa Integral de Salud con que Cuba ha extendido solidariamente su colaboración médica a diversos países, y es una muestra de lo que puede hacer una nación bloqueada y pobre en recursos económicos, pero rica en capital humano y con la voluntad política necesaria para ayudar a otros Pueblos.

Educa gratuitamente a jóvenes de América, África, Asía y Oceanía, quienes, luego de un período de seis años, retornan a sus países de origen para contribuir a la sostenibilidad de sus sistemas de salud.

Se inauguró en ocasión de celebrarse en La Habana la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, e inició su primer curso con jóvenes de 18 países. El 20 de agosto de 2005 se efectuó la primera graduación a 1.610 médicos. Es una de las escuelas médicas más grandes del mundo. Hasta hoy se han graduado allí 30.878 médicos, entre el los 250 estadounidenses y centenares de colombianos de diversas creencias e ideologías.

El 3 de diciembre de 2002 Fidel expresó a sus estudiantes algunas reflexiones que hoy conservan plena validez:

“Somos un país pequeño, pero este país pequeño ha podido demostrar cuánto se puede cuando se quiere, cuánto se puede si los recursos humanos de cualquier país pueden ser bien utilizados.” (…)

“El desafío que las enfermedades hacen a la humanidad es un desafío serio, grave y creciente, y será creciente en la medida en que el descuido y la inconciencia sobre los problemas de salud pública sean mayores, de lo cual no puede culparse por entero, ni mucho menos, a los países más pobres de la Tierra, ya que aquellos que nos saquearon durante siglos han sido incapaces de dar el mínimo aporte para esa lucha, en vez de gastar el dinero en cantidades fabulosas, en guerras, especulaciones, lujos y otras cuestiones de las que no resultan esenciales en la vida.” (…)

“Nosotros tenemos plena confianza en la capacidad de los seres humanos para vencer obstáculos, por grandes que sean, y sentimos vergüenza cuando vemos los índices de salud en el mundo, como sentimos vergüenza cuando vemos los índices de analfabetismo, los índices de desnutrición, los índices de hambre, los índices de desempleo, los índices de trabajo infantil, los índices de abusos y corrupciones sexuales con los niños que aparecen hoy en cualquier revista de las organizaciones internacionales que se ocupan de esos problemas.”

“Nuestro Pueblo tiene derecho a sentir satisfacción por la conciencia que tomó sobre estas cuestiones, por el esfuerzo realizado; tiene que tener satisfacción también por la cooperación que prestan, tanto sus médicos integrales como los médicos y personal que participan en los planes de salud y en los programas de formación de personal técnico.” (…)

“Cuando surge la idea de que la escuela fuera latinoamericana, se expresó el deseo de que las culturas de todos nuestros países se reunieran en esta escuela, pensando en el futuro, no en el hoy, sino en el mañana, cuando miles y tal vez decenas de miles de médicos, con una concepción altamente humanitaria de esa noble profesión, pudieran comunicarse e intercambiar entre sí” (…)

“Se trataba de algo más que de formar personal médico, formar una conciencia verdaderamente humana de la medicina. Si toda la medicina se comercializa, desde la producción de los medicamentos hasta la prestación de los servicios, el mundo quedaría con una medicina cada vez más deshumanizada” (…)

“Estoy absolutamente seguro que si hoy todos los países desarrollados, empezando por Estados Unidos, Canadá y Europa, quisieran enviar 1.000 médicos a Centroamérica, Haití y otros lugares donde trabajan nuestros médicos, entre todos juntos, no reúnen los 1.000 médicos para ir allá a las mesetas, a enormes alturas, o a los valles, a lugares apartados, donde hay insectos y animales dañinos, riesgos de todo tipo, todas las incomodidades juntas; aquellos que, sin ser necesariamente malas personas, fueron educados en un concepto mercantilista, y hoy obtienen ingresos mínimos que pueden ser, como en Estados Unidos, 140.000 dólares, o cifras parecidas, una gran casa, tres automóviles, varios televisores, computadora, calefacción, aire acondicionado, todos los muebles y cachivaches de cocina, etcétera, etcétera, no están fácilmente dispuestos a separarse de la familia un año, o dos, o tres para ir a prestar servicios en medio de las horribles condiciones en que viven los países del Tercer Mundo.”

“Por lo tanto, esta escuela tiene el objetivo mucho más elevado, y más trascendental, que aportar un número de médicos. Lo importante que debe aportar esta escuela es el ejemplo de lo que debe y puede ser un médico educado en principios humanitarios. Hay que tener verdadera confianza en la capacidad del ser humano para saber que puede prevalecer por encima de todas aquellas tentaciones y comodidades, para saber que puede ser educado en principios verdaderamente humanos y no corrompido por las sociedades de consumo.”

“Nuestros médicos, con sus esfuerzos llevados a cabo a lo largo de 40 años, sacrificios por los que pasaron, peligros que debieron soportar, han sido capaces de prestar servicios internacionalistas por decenas y decenas de miles de ellos, médicos y enfermeras, médicos y otros profesionales de la salud. Eso demuestra que es posible, porque lo ha hecho un país subdesarrollado, del Tercer Mundo y encima bloqueado y sometido a una feroz guerra económica y amenazas constantes de todo tipo” (…)

“Nadie tendría derecho a declarar el género humano como algo moralmente perdido; al contrario, lo que hemos vivido nos enseña a pensar en el ser humano como algo capaz de la moral y de la victoria.”

“Esto que he dicho no significa, sin embargo, que estemos satisfechos; no significa, ni mucho menos, que tengamos derecho a vanagloriarnos, porque estamos conscientes, aun en medio de los éxitos, de cuáles han sido nuestras deficiencias, somos capaces de comprender nuestros errores, aunque sea en ocasiones el error en tardarnos demasiado en descubrir algunas cosas.” (…)

“Hoy sabemos muchos problemas y detalles ante situaciones viejas y nuevas. Se prolonga la vida entre nuestros ciudadanos, el número de personas que tienen que ser atendidas por determinadas enfermedades que antes no eran las principales causas de muerte, y habiendo desaparecido muchas de las infecciosas que antes eran la causa fundamental de muerte, requiriéndose hoy servicios médicos de otros tipos, tanto en la atención primaria como en los hospitales. La idea básica es ir hacia la excelencia en cada uno de los servicios” (…)

“Hemos demostrado ser perseverantes y tenaces y no descansaremos hasta que esta sea la sociedad más humana, más justa y más honesta que se haya creado jamás (Aplausos).” (…)

“Nuestro mayor anhelo es que su preparación sea óptima.” (…)

“Les pido su contribución a la salvación de los Pueblos hermanos y del mundo, este mundo trastornado, cada vez más, por un sistema insostenible, que en este momento no tiene ni siquiera la posibilidad de asegurar que va a sobrevivir. Es insostenible este mundo porque conduce a la humanidad a la dilapidación de los recursos y a la destrucción de la naturaleza. Y parto de la idea de que el mundo y la naturaleza pueden salvarse. Es una apuesta por la inteligencia frente a la brutalidad y el salvajismo; una apuesta por la educación frente a los instintos; una apuesta a favor de la inteligencia humana.” (…)

“Les pido que luchen en la primera fila contra tendencias y males que bajo ningún concepto podemos permitir que prosperen” (…)

Y concluyó:

“¡Vivan los servicios de salud que pueden ayudar a salvar la humanidad! (Exclamaciones de: “¡Vivan!”)

“¡Viva la solidaridad! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)

“¡Patria o Muerte!

“¡Venceremos!”

La ELAM como Universidad de Excelencia ha ratificado su compromiso de continuar formando con amor, entrega, responsabilidad, calidad, solidaridad y hermandad, a los profesionales de la salud. Las ideas y conceptos que la sustentan, son fruto de la proyección internacionalista de la Revolución Cubana.

La sólida preparación científica, académica, ética, humanista y solidaria de sus egresados ha hecho que sus graduados la sientan como suya, como su propia casa y conformen hoy asociaciones de egresados y sean parte activa de los Movimientos de solidaridad con Cuba en diversos países.

¡Muchas felicidades a los estudiantes, profesores, trabajadores, egresados y amigos de la ELAM en todas partes del mundo, a los de ayer, los de hoy y los de siempre, en este 24 Aniversario!

¡Viva la ELAM!
¡Viva Cuba Socialista!
Graduación, egresados médicos de 105 países. Foto: Trabajadores Cuba

(*) Médico Pediatra y Miembro del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba
Referencias:

http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-escuela-latinoamericana-de-ciencias-medicas
https://www.radiohc.cu/noticias/nacionales/339375-aniversario-24-de-la-escuela-latinoamericana-de-medicina
https://www.prensa-latina.cu/2023/11/15/escuela-latinoamericana-de-medicina-en-cuba-llega-a-sus-24-anos
https://www.radiohc.cu/noticias/nacionales/339375-aniversario-24-de-la-escuela-latinoamericana-de-medicina

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