Ni la lluvia va a detener la consulta popular, y menos en una ciudad que se está quedando sin agua simplemente por la codicia. Aún la prensa no quiere descubrir el mayor desastre ambiental generado por los negocios en la mayor ciudad de Colombia, y es que Bogotá se queda sin agua, y no es posible reponer el daño sino en años, logrando que la selva amazónica vuelva a la Cordillera Oriental, logrando que el agua vuelva a fluir en la Sabana de Bogotá, logrando que los árboles vuelvan a poblar los cerros de toda la Sabana, no hay otra manera de traer más agua a la ciudad de Bogotá, y la dimensión de ese reto nos muestra la inmensa pequeñez de quienes han dirigido a Bogotá desde el punto de vista no de la vida sino de los negocios, negociantes y traficantes especuladores de tierra han dejado a nueve millones de personas sin agua y ese es uno de los mayores golpes a la vida que se le puede generar a un pueblo desde las alturas de la élite de poder de Colombia que no quiere soltar ese poder.
Ahora estamos aquí convocados, toda Colombia ha sido convocada, porque llegó el momento de decidir, se acabaron los tiempos en que el pueblo era derrotado, en que el pueblo era humillado, y algo hicimos en esta vida: fue enseñarle al pueblo a triunfar, fue enseñarle a la población colombiana el camino de los triunfos, de las victorias, como antaño cuando decidimos independizarnos y ser libres, cuando decidimos ser dignos y grandes en medio de los pueblos del mundo porque éramos vanguardia humana, vanguardia que gritaba libertad, y lamentablemente se nos ha olvidado a punta de muertos, a punta de masacres, a punta de rendir al pueblo ante la muerte, y ni la muerte puede con el pueblo de Colombia, ninguna muerte puede con un pueblo cuando el pueblo hace crecer en su corazón la palabra libertad, nos lo enseñó (Simón) Bolívar que supo unir al pueblo de Colombia y al pueblo latinoamericano para cabalgar con una bandera libertaria y gritarle al planeta entero que se acababan los monarcas, que se acababa la tiranía que crecía en el ser humano, lo más digno que puede tener y es su amor a ser seres libres, independientes, no sojuzgados, no esclavizados, lejos de las tiranías a las que estamos dispuestos a derrocar una y otra vez.
Case política vendida
Ha olvidado la clase política colombiana, vendida a los dueños del dinero, lo que significa el poder del pueblo, es una inmensa contradicción histórica de ella, no sabe para dónde va, no sabe de certezas, no sabe de verdades, sólo trafica porque, hay que decirlo con todo el corazón, quienes han hundido las reformas que le traían dignidad al pueblo, odiando lo que se llama la justicia, gentes que levantan la cruz pero volteada, porque odian la justicia cuando Jesús era el mayor amante de la justicia social, era el mayor amante de los pobres, era el que recibía en sus manos los callos en las manos del trabajador. Su padre, el carpintero, su madre, que era pobre, era el que había crecido entre trabajadores, era el que había dicho que la opción preferencial era por los pobres y no por el rico Epulón, ahora vemos los pastores traicioneros vendidos al rico Epulón y escupiendo sobre Jesús, el carpintero.
Es en todas las trabajadoras, en todos los trabajadores formales que reciben salario, o no formales que se rebuscan en las calles de las grandes ciudades o tratan de sembrar alimentos en las tierras aún fértiles de Colombia, las tierras que aún les dejan y que tratamos de devolverles, es en esa gente humilde y trabajadora en donde está Jesús, el justiciero, el trabajador, y no en esas pastoras que prefieren el dinero y hundir a su propio pueblo olvidando a Jesús, lo hacen por dinero.
Los parlamentarios que se han ido contra el pueblo, que han traicionado al pueblo, a sus representantes más queridos, a sus representados que son por los que tendrían que priorizar sus tiempos, priorizar sus querencias, han traicionado al pueblo de Colombia, y lo han hecho por la codicia, lo han hecho por dineros, se han arrodillado al rico Epulón, se han arrodillado a un dios falso, que es el dios dinero.
No quieren que la madre comunitaria tenga un sueldo, no quieren que las mujeres de Colombia tengan una pensión merecida después de criar a sus hijos, de darnos la vida, no quieren que el día termine como la naturaleza lo hizo en la tierra: a las 6 de la tarde, porque quieren explotar y explotar más al ser humano porque el corazón se lo vendieron a la codicia porque ya no tienen sentimientos.
Porque ya ellos no son seres humanos, y cuando eso sucede, cuando la tiranía contra el pueblo se impone, nos lo enseñó Bolívar, el padre fundador y libertario de esta patria, el pueblo debe rebelarse con la mayor fuerza posible, no admitimos tiranías, luchamos. Muchos indígenas y negros murieron, muchos en este país luchando por la libertad y acabando los monarcas, tratando de construir una República que gritamos con orgullo a todo el mundo, y una bandera cuya mitad en la misma bandera de Haití, la primera gran revolución de América hecha por los negros que decidieron en rebelión cortar las cadenas y acabar con la esclavitud, fueron esos negros los que ayudaron a Bolívar y a (Antonio) Miranda a regresar a este país para dar su batalla, batalla que cumplieron hasta el final y demostraron de qué están hechos los latinoamericanos que pudimos más que la revolución francesa, que pudimos más que la revolución gringa, que quisimos levantar esa bandera roja y azul, la mitad de la bandera de Colombia en reivindicación a quienes nos habían ayudado y que hoy están pobres y masacrados, los negros que quisieron gritar libertad y que nos dieron barcos y que nos dieron fusiles y que cuidaron a Bolívar y a Miranda, y que sólo les pidieron que a cambio pudieran liberar al pueblo negro traído a la fuerza desde el África, pudieron hacer tocar los tambores que desde el África sabían convocar a los pueblos para que gritarán libertad
Hoy estamos haciendo lo mismo, hoy tenemos que ser conscientes de la historia que ahora vivimos porque ‘alcalduchos’ pisoteando la Constitución, la Constitución que hizo el pueblo pasándose por la faja, queriendo ensuciar las páginas escritas por la historia de Colombia en la Constitución del 91 que dicen que la protesta es un derecho fundamental y que ningún gobernante se puede oponer porque en una democracia el gobernante le sirve al pueblo y no al revés.
No nos volvemos a humillar
Es que no nos han regresado a una monarquía, es que no nos pueden regresar a una tiranía, mucha sangre hemos derramado, mucha fuerza hemos puesto, mucho sacrificio ha tenido el pueblo para que ahora nos vengan a gobernar monarcas y tiranos creyéndose gobernantes y dueños de la gente, propietarios de sus almas, nuevamente esclavos no seremos, no vamos a matar a Bolívar de nuevo sino, al contrario, vamos a alzar su bandera limpia, de hombre limpio y decente que supo morir por sus principios, que no se vendió por el dinero, si alguno al contrario dejó todas sus riquezas que tenía simplemente para ofrecerse como hombre al pueblo latinoamericano, de Venezuela, de Colombia del Ecuador.
Nosotros no podemos olvidar esta historia porque somos oficiales de Bolívar, porque este país se sigue llamando República, y es gracias a él, porque no volvemos a tener reyes, no nos arrodillamos, no besamos manos, así la oligarquía colombiana se crea su propia mentira de pensarse que son una aristocracia y que el pueblo les sirve y se arrodilla ante ellos. ¡No señores! para eso hicimos la Constitución del 91.
Señor alcalde (Carlos Fernando) Galán, traiga el agua a Bogotá y no humille al pueblo, la declaración de la Constitución que iban a funcionar los servicios públicos en Bogotá, dónde está el agua que es lo esencial para la vida si sus propios especuladores de la tierra, compañeros de campaña y amos del Gobierno local, acabaron con el agua en Bogotá y el alcalde no se supo oponer, y no sabe para dónde va, porque cree que con un racionamiento soluciona el problema, y eso es una mentira.
El problema es tan grave, porque es un problema climático producido por la codicia que un racionamiento no lo puede solucionar, ya los expertos de la televisión dirán que hay que racionar más y racionar más, y la gente dirá ‘pero ante tanta lluvia, ante caídas torrenciales del agua, cómo es que la ciudad capital de Colombia tiene que acabar su propia agua en medio de la lluvia’, y nos daremos cuenta de que algo anda muy mal, y es que los gobernantes aún no entienden qué pasa en el mundo y ponen sobre el pueblo y sobre su vida, sobre su calidad de la vida, ponen la codicia y a los amos del dinero, que son los mismos que hoy ordenan al Congreso frenar las reformas haciendo contradecir lo que significa el Congreso de Colombia como lo fue antaño, quizás que es un Congreso de representantes del pueblo y no es un Congreso de sirvientes al gran capital y al dinero.
El Congreso le dio la espalda al pueblo
Equivocaron la política, la política no es servir, la política sólo sirve para ser libres y el Congreso de Colombia le está dando la espalda al pueblo, y cuando instituciones enteras no pueden comprender su propio pueblo, no pueden comprender sus necesidades mínimas, no pueden comprender su deseo democrático de dignidad en la vida misma, entonces no entienden a Colombia, entonces están en contra de la realidad misma, viven una fantasía etérea y hay que sacarlos de ahí, porque no nos sirven, no le sirven al pueblo.
El pueblo tiene que tomar en sus manos la decisión de la historia de Colombia como siempre lo ha hecho, con dignidad y con fuerza, no somos esclavos, no somos sirvientes del poder, somos seres humanos colombianos, libres, amantes del goce y de la vida y queriendo vivir una vida buena que nos lo impiden a punta de masacres, a punta de terrores, a punta de latigazos, y nosotros, el Gobierno nacional elegido por el pueblo, el Presidente de la República elegido por el pueblo, no va a traicionar el pueblo: primero sale muerto y en féretro que traicionar al pueblo.
Vamos a resistir porque sabemos que nuestra misión es enseñar los caminos de la victoria popular que ya lo hemos hecho, que lo hemos demostrado, que se puede vencer una y otra vez, y llegó otra vez el tiempo de vencer. No más oligarcas en Colombia, se acabaron los corruptos en el Congreso, el Congreso será elegido por el pueblo y el pueblo castigará la corrupción y la codicia, y volverá a plantear la política limpia de Jorge Eliécer Gaitán, y han hablando claro y de verdad, sin miedo, sin temor a que lo mataran porque primero está la verdad, primero está la palabra al viento que la vida misma, porque esa palabra al viento cruzará los tiempos, se mantendrá en la historia, será recordada por generaciones porque fue limpia y fue verdadera.
Ahora le corresponde a este Congreso demostrar si obedece al pueblo como en una democracia, si no le da pena obedecer como servidores públicos, y consideran a su pueblo el verdadero comandante que da las órdenes, o lo traiciona. Le corresponde al Senado de la República votar para permitir que el pueblo hable, porque le corresponde hoy al pueblo hablar, y no va a permitir que lo callen, primero se va la clase política del Congreso que acallar el pueblo. El pueblo jamás se acalla, y daremos todo, todo, hasta la última energía para que el pueblo no se silencie, para que griten todas las plazas, porque cuando lo traicionan, le toca al pueblo decidir, y llegó el momento de decidir.
La consulta popular es fundamental
Por eso la propuesta de la consulta popular me parece fundamental, porque estamos haciendo vivir la Constitución del 91, ya salieron los oligarcas, los dueños del dinero, los que matan y asesinan, a gritar contra la consulta popular porque le tienen miedo al pueblo de Colombia. Son cobardes, tiran la piedra y esconden la mano, mucho que los invité a dialogar, mucho que los invité a acordar, media reforma laboral fue eliminada para tratar de que la permitieran y permitieran un salario digno, pero ellos odian el salario digno, ellos quieren el trabajo gratuito de largas jornadas, la más larga de la OCDE, jornada de 12, 16 horas, si se cuenta el tiempo del TransMilenio en Bogotá.
La señora de Soacha que les lleva los tintos en la mañana a estos senadores, a estos grandes empresarios, sacrifica abrazar sus propios hijos, sacrifica su existencia más amada solamente para poderles llevar un tinto a cambio de un dinero pobre, y esos mismos que reciben el tinto se burlan de la señora, esos que no trabajan, que son vagos de verdad, hijos de papi y mami, esos se burlan de la señora que se madruga a las 4 de la mañana, apenas le da un beso a su bebé dormido y salen a coger el bus repleto para llegar al extremo norte para rendirle un tinto al señor hijo de papi y mami que no sabe ni siquiera qué es el centro de Bogotá y que cree que la vida consiste en pasear en carros de lujo e irse a Miami o a Dubái, desde donde me quieren matar, además.
No, Colombia no sirve para eso; Colombia, la de los guerreros, Colombia es de los que no se arrodillan, es que el primer territorio libre de América toda, antes que un gringo levantara el fusil contra la tiranía, antes que el mismo Bolívar, triste por la muerte de su esposa en su propia hacienda, decidiera perder el amor para vivir la revolución, para vivir la libertad y entregarse a ella.
Antes, un negro libertador de Cartagena, glorioso, fundó el primer territorio libre de América, y fue en Colombia, y fue un negro pobre y esclavizado, cómo no vamos a aprender de las lecciones de la historia, fundó el Palenque de San Basilio el primero, oigan eso, el primer territorio libre de toda América.
Nosotros tenemos esa sangre y no nos da pena, porque esa sangre de rebelión como cantó el Joe Arroyo, su mejor canción, ‘en los años 1.600’ dijo, ‘no le pegue a la negra’, y aquí hay unos senadores con la cruz en alto pegándole de nuevo a la negra, pegándole de nuevo a la señora que les ofrece los tintos, condenándolos a la miseria, entonces aquí se levantan las cruces de Jesús El Carpintero, no del Jesús que manejan para golpear al pueblo usando espadas y muerte sobre indígenas, aquí se reivindica el mensaje justiciero, aquí sabemos que es Benkos Biojó, aquí sabemos quién es Bolívar y Antonio Nariño, aquí sabemos qué es luchar por la libertad y la República porque no existe República, decía Platón, sin los designios democráticos del pueblo.
Arranca la consulta popular
Así que quedan convocados, arranca la consulta popular. La movilización es permanente y creciente, tendrá su máximo mal día hoy, de los votos de los que ya vendieron su corazón a la codicia, sino en la plenaria del Senado donde cada senador debe recordar que no es más que un simple representante del pueblo y que debe obedecerlo y que, si no es así, si se cree tirano sobre el pueblo, si le da miedo el pueblo que representa entonces el pueblo lo sacará del Congreso como tiene que ser.
Y no estoy hablando carreta, los que fuimos del M-19 no aprendimos la carreta, fuimos oficiales de Bolívar, y ese es un juramento que se lleva hasta el final, como una marca, porque es la misma marca de los Aurelianos. Bien lo contó Gabriel García Márquez, el viernes estuve en la casa donde nació, momento mágico porque el pueblo volvió a plantear que los pueblos de Macondo se salvan cuando caen las mariposas amarillas, y aquí tienen que caer las flores y volar mariposas amarillas por todos los rincones de la patria porque las flores amarillas huelen a salvación y porque las mariposas amarillas anuncian revolución.
Se van a acabar los 100 años de solead. Dije ayer, quizás sea el último Aureliano, y me place que los Aurelianos le vendieron el corazón a la violencia antes de amar, como en La Vorágine, y por eso hubo 100 años de soledad en Colombia.
Por eso olvidamos a Bolívar, cuando nos empezamos a matar entre nosotros, a dividirnos, a dejarnos engañar en la borrachera, a perder el norte, a pensar que todo está perdido y que Colombia no tiene salvación, pues otra vez caen y vuelan las mariposas amarillas, así que llegó el momento.
Llegó el momento de ponerle final a 100 años de soledad, el año 101 es el año de la alegría y la victoria popular, los Aurelianos se van y siguen la fiesta porque ahora el pueblo convoca a una gran fiesta, la fiesta de la democracia, la fiesta de la libertad y en democracia, y en libertad, las multitudes no permiten sentirse solo, acaban con la soledad de Colombia, acaban con los 100 años de soledad porque las estirpes de la tierra condenadas tienen una segunda oportunidad, y esta es nuestra segunda oportunidad. ¡Palabra que sí!
Que viva la consulta popular en Colombia.
Gracias muy amables.
Con información Presidencia de la República