Acerca del brutal e inhumano genocidio que vienen desarrollando Israel, Estados Unidos, Alemania, Francia y demás potencias capitalistas contra el pueblo palestino, merece destacarse la posición consecuente y digna del presidente colombiano Gustavo Petro Urrego, al condenar la cobardía de Israel y proponer una conferencia internacional de paz que ponga fin a esta barbarie que padece este pueblo por más de 75 años.

Por Nelson Lombana Silva

Palestina es un pequeño territorio reconocido por las Naciones Unidas y más de 139 países, menos por Israel que se ufana de tener pleno respaldo de Estados Unidos y las demás potencias imperialistas europeas.

El conflicto no es de ahora, el martirio de este pueblo ha sido eterno ante el silencio cómplice del mundo y la terrible e inhumana incomunicación mediática. Apalancada en esta máquina desinformativa se le hace creer al mundo que el terrorista es el palestino y la víctima Israel, cuando es, exactamente, al contrario.

Hace 75 años esta nación ha venido siendo humillada, asesinada y cercada, no dejando pasar medicamentos, ni alimentos, ni fluido eléctrico, solo cuando le da la real gana a Israel. La diferencia hoy, es que está siendo bombardeada día y noche sin piedad alguna, desconociendo los más elementales principios del Derecho Internacional Humanitario (DIH).

Israel, potencia militar, está masacrando a palestinos inocentes ante la mirada indiferente de las potencias capitalistas. Datos dantescos señalan que el arrasamiento ha sido total, han sido destruidas 17 mezquitas (templos), 10 universidades, 1800 hogares, 84 industrias, 46 oficinas de prensa, 67 escuelas, decenas de ambulancias, paramédicos y refugios. Además, han sido asesinados más de 326 niños palestinos.

Pero, no contentos con semejante genocidio, Israel y Estados Unidos, inventan noticias falsas, tal como ocurrió en su momento con la invasión a Irak. La desinformación es constante y bastante agresiva.

El presidente colombiano no ha sido indiferente, no se ha puesto de lado de los más fuertes y poderosos, se puso de lado del pueblo palestino, de la verdad y de la justicia. Esa postura patriótica le duele al centro democrático y su infame patota. Por primera vez, un presidente corajudo no se pone de rodillas ante el sionismo y el fascismo que representan Israel y Estados Unidos. Esa posición hay que apoyarla con declaraciones, pero, sobre todo, con la movilización popular. No podemos quedarnos con los brazos cruzados ante este hecho tan horripilante y monstruoso, los palestinos son seres humanos que merecen tener patria, soberanía nacional, autonomía y paz.
Foto: SANA

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