Eduardo Galeano tuvo una lealtad a toda prueba: a sus ideas. El hombre, el cronista, el conferencista, el poeta, el ensayista y el periodista fueron cambiando con el correr del tiempo, pero lo que nunca cambió en este amante de la libertad y la igualdad, fue la coherencia con que miraba su América Latina. Fiel a los desposeídos y listo para denunciar mediante su verbo vivo y locuaz, las injusticias, las componendas, las traiciones y las sombras con que se prodigan las élites que ostentan el poder.

Por: Oscar Hernando Avellaneda (*)

Denunció la injusticia del capitalismo, las monstruosidades del imperialismo y los criminales excesos de la conquista española. Tenía claro que la palabra era la semilla que genera conciencia y comprendiéramos que no hay razones para mirar siempre con admiración al Norte hegemónico y brutal.

Sobre su obra cumbre “Las venas abiertas de América Latina” (1971), traducida a veinte idiomas, que fue censurada y prohibida por las dictaduras militares derechistas de Uruguay, Argentina y Chile, afirmó:

“Este libro fue escrito con la intención de divulgar ciertos hechos que la historia oficial, historia contada por los vencedores, esconde o miente. Sé que pudo resultar sacrílego que este manual de divulgación hable de economía política en el estilo de una novela de amor o de piratas”.

Renata Cabrales destacó que nació “de la realidad de nuestro continente, una realidad que nos permite investigar de dónde venimos y tratar de averiguar hacia dónde vamos”

“Siempre nos hicieron creer que era un orgullo patrio salir a los patios del colegio a izar la bandera el Día de la Raza, cada 12 de octubre, pues se celebraba la historia del descubrimiento de América, el año en que los españoles habían llegado a “descubrirnos” y a traernos la religión católica”

“Pero no nos mostraron la otra cara de la moneda: que los conquistadores habían esclavizado y asesinado a más de la mitad de la población y todo por la sed del oro y las riquezas de la tierra”

“La verdadera historia nos fue negada, porque “nos mienten el pasado, como nos mienten el presente: enmascaran la realidad. Se obliga al oprimido a que haga suya una memoria fabricada por el opresor, ajena, disecada, estéril”.

Han pasado 9 años desde su paso a la inmortalidad el 13 de abril de 2015. Nació en Montevideo, Uruguay, el 3 de septiembre de 1940 en el seno de una familia de clase media. A los 14 años vendió su primera caricatura política a un semanario “El Sol” del Partido Socialista y un tiempo después empezó a publicar artículos.

Comenzó su carrera periodística a inicios de los 60 como editor de “Marcha”, un semanario influyente que tuvo como colaboradores a Mario Benedetti, y Roberto Fernández Retamar.

Durante el Golpe de Estado del 27 de junio de 1973, fue encarcelado y obligado a dejar Uruguay.

En 2005, junto a intelectuales de izquierda como Adolfo Pérez Esquivel, ingresó al Comité Consultivo de la entonces recién creada cadena de televisión latinoamericana TeleSur.

En enero de 2006, se unió a figuras como Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, Ernesto Sábato, Thiago de Mello, Mayra Montero, Ana Lydia Vega y Pablo Milanés, en la demanda de soberanía para Puerto Rico.

En abril de 2009, el presidente venezolano Hugo Chávez entregó una copia de “Las Venas Abiertas de América Latina” a Barack Obama durante la 5ª. Cumbre de las Américas.

Su posición de compromiso con los desposeídos le convirtió en un fuerte crítico de las antiguas potencias coloniales. En 2009, en una entrevista declaró: “No sólo Estados Unidos, sino algunos países europeos han sembrado dictaduras por todo el mundo. Y se sienten como si estuvieran capaces de enseñar lo que es democracia”

El 21 de marzo de 2013, luego de pasar a la inmortalidad el Comandante Hugo Chávez, el Semanario Voz publicó una breve columna escrita por él:

“Hugo Chávez es un demonio. ¿Por qué? Porque alfabetizó a dos millones de venezolanos que no sabían leer ni escribir, aunque vivían en un país que tiene la riqueza natural más importante del mundo, que es el petróleo.

“Yo viví en ese país algunos años y conocí muy bien lo que era. La llaman la “Venezuela Saudita” por el petróleo. Tenían dos millones de niños que no podían ir a las escuelas porque no tenían documentos.

“Ahí llegó un gobierno, ese gobierno diabólico, demoníaco, que hace cosas elementales, como decir: “Los niños deben ser aceptados en las escuelas con o sin documentos”.

“Y ahí se cayó el mundo: eso es una prueba de que Chávez es un malvado malvadísimo. Ya que tiene esa riqueza, y gracias a que por la guerra de Iraq el petróleo se cotiza muy alto, él quiere aprovechar eso con fines solidarios. Quiere ayudar a los países suramericanos, principalmente Cuba.

“Cuba manda médicos, él paga con petróleo. Pero esos médicos también fueron fuente de escándalos. Están diciendo que los médicos venezolanos estaban furiosos por la presencia de esos intrusos trabajando en esos barrios pobres. En la época en que yo vivía allá como corresponsal de Prensa Latina, nunca vi un médico. Ahora sí hay médicos.

“La presencia de los médicos cubanos es otra evidencia de que Chávez está en la Tierra de visita, porque pertenece al infierno. Entonces, cuando se lee las noticias, se debe traducir todo. El demonismo tiene ese origen, para justificar la máquina diabólica de la muerte”.

Galeano nunca ocultó su gran admiración por la Revolución Cubana, a la cual calificó siempre como un ejemplo de Dignidad.

Sin duda «Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles»

(*) Miembro del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba

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