Sergio Isaza, pediatra y presidente de la Federación Médica Colombiana habló con Bolcheradio sobre los principales puntos de la reforma a la salud: Optimizar los recursos públicos eliminando la intermediación financiera, garantizar la atención primaria en salud, construir un sistema preventivo y asegurar un tranquilo régimen de transición

Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos

Sergio Isaza lleva 53 años luchando por el derecho a la salud del pueblo colombiano. Su larga trayectoria profesional y su abnegado activismo social lo convierten en una de las personas que más conoce sobre el sistema que el Gobierno del cambio quiere reformar.

Es médico pediatra activo, miembro de la comisión de seguimiento a la Sentencia T-760 de 2008 y presidente de la Federación Médica Colombiana, FMC. Como se dice en la calle, “es una verdadera institución sobre el tema”.

Isaza fue el encargado de entregarle el texto final de la reforma al presidente Gustavo Petro. En el acto simbólico realizado el 14 de febrero en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, el libro de color azul marina se fue rotando en una larga fila de personas vinculadas al sector, culminando en las manos del pediatra. “Era algo inesperado. Fue un honor que me otorgaron mis compañeras y compañeros, las organizaciones sociales, los trabajadores de la salud”, dice con modestia el galeno.

Entrega de la reforma a la salud al presidente Gustavo Petro. Foto Presidencia de la República

El sistema

Los argumentos y opiniones de Isaza sobre la necesaria reforma a la salud, convierten cualquier conversación, por informal que sea, en una verdadera clase magistral. Eso sí, insiste como antesala de toda su exposición, “que cualquier cambio necesita el respaldo del movimiento popular que esté empujando permanentemente la iniciativa transformadora y se constituya en una bandera para avanzar hacia una verdadera democracia en el país”.

Acto seguido, el galeno resume las bases de la polémica reforma. Recuperar el carácter público de los recursos, atención primaria en salud y transición: “El primer punto es clave. Se debe eliminar el esquema de intermediación financiera que hacen las EPS con los dineros públicos, es decir, que estos estén direccionados a potenciar el sistema y no el lucro privado”.

Sobre el segundo ítem, no duda en sentenciar que el jugoso negocio de la salud está en la enfermedad. “Esto lo sabemos todas las personas que trabajamos en salud y más los especialistas en salud pública. La mejor forma de evitar las enfermedades es impidiendo su aparición. Es algo que no tiene ningún misterio”, comenta el presidente de la FMC.

Es decir, en la balanza entre salud y enfermedad, en este momento, pesa más la segunda y para allá se van los dineros. La idea de la reforma a la salud, según Isaza, es que con promoción disminuya la carga de padecimientos. “Los dineros serán suficientes y sobrantes para invertir en el desarrollo de esa propuesta. El objetivo es mejorar los indicadores, con un adicional, avanzar en un sistema predictivo, que consiste en sistematizar las cifras y estadísticas que permiten identificar donde hay mayor riesgo de ocurrencia de la enfermedad”.

Finalmente, sobre el régimen de transición, Isaza es vehemente: “No han hecho sino mentir, mentir y mentir. Nosotros planteamos que hay una experiencia acumulada, pero tenemos que saber a qué herencia renunciamos. Descartar lo malo y aprovechar lo bueno. La perspectiva de la reforma es el bienestar general garantizando el derecho fundamental a la salud. Eso no se puede hacer de la noche a la mañana”.

A propósito de este tema, destaca la importancia que tendrá la construcción del sistema público, único e integrado en información de salud. Hasta el momento, los datos que se tienen están desordenados en las bases que tienen las distintas EPS y que no son socializadas. Pone como ejemplo el trabajo desarrollado por el Observatorio del Medicamento que lidera la FMC, donde a partir del seguimiento al comportamiento de precios y de aplicación, han podido identificar fallas que solo benefician el lucro privado.

“Creemos que la construcción de ese sistema público de información es el coco de los corruptos. No obstante, somos optimistas. Una vez aprobada la reforma, ese instrumento fundamental llevará máximo nueve meses en construirse”, comenta.

Los Centros de Atención Primaria en Salud

Es inevitable preguntar si la reforma es una regresión al Seguro Social que desapareció comenzando el siglo. Hace parte de la matriz construida por los opositores para deslegitimar la propuesta. Su respuesta, dividida en dos argumentos, intensifica la idea que sobre este debate hay más mentiras que verdades.

Isaza explica qué pasó con el Seguro Social. Al aprobarse la Ley 100 en 1994, esta institución pública y las distintas cajas de previsión social, se transformaron en EPS. Pero al no tener ánimo de lucro terminaron regulando el mercado de medicamentos, lo cual desdibujaba el carácter neoliberal del sistema. Por eso existió, según el galeno, la persecución brutal y perfectamente intencionada en contra de las entidades públicas. La estrategia fue una descomposición en las directivas, corrupción desenfrenada y una feroz campaña mediática.

No obstante, Isaza dice que la propuesta no es volver al Seguro Social: “Lo que hemos dicho es que el nuevo sistema será sobre la estrategia de atención primaria, promoción de salud y prevención de la enfermedad. Que no sea la gente la que tenga que buscar el sistema. Nuestra propuesta son los Centros de Atención Primaria en Salud, Caps, que tengan equipos básicos en medicina general, enfermería, odontología, psicología y análisis estadístico. Personal médico que sale a la calle a buscar a la gente para establecer quién está sano, quién está en riesgo de enfermar y quién está enfermo”.

Los Caps tendrían otro componente transversal. En la propuesta de la reforma, estarían en la capacidad de resolver problemas desde las cuatro especialidades básicas (medicina interna, pediatría, obstetricia y cirugía general), en la parte diagnostica y resolutiva. “No tiene que pedir ninguna autorización, no tiene que hacer un copago, no tiene que dar ninguna cuota moderada. ¿Cómo se puede garantizar esto? Al eliminar lo que cuesta la intermediación, tenemos los recursos suficientes para implementar la propuesta”.

Los derechos no se someten a la regla fiscal

Entramos a la discusión del dinero. No solo los opositores, sino también altos funcionarios del Gobierno nacional han manifestado sus reparos. En específico, el ministro de Hacienda José Antonio Ocampo salió en medios diciendo que todas las reformas sociales deben estar ajustadas a la regla fiscal.

Isaza sonríe y responde con tranquilidad: “Yo no soy abogado, pero ya existe un pronunciamiento de la Corte Constitucional. El derecho a la vida y a la salud, es más, los derechos de los niños, no se someten a la regla fiscal. La obligación del Estado social es garantizar los derechos fundamentales y la reforma va en esa vía”.

Y continúa: “El objetivo es que dentro de la transición se permite la permanencia de las EPS, con una característica, serán articuladores en el manejo de los pacientes, pero no van a ser los intermediarios financieros, porque todo ese poder se le dará a la Administradora de los Recursos del Sistema de Salud, Adress”.
Con nformación del Semanario Voz

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