El proyecto Casa Tea realizará del 11 al 15 de octubre el Festival Internacional del Teatro de Autor. VOZ habló con Álvaro Rodríguez, aclamado director y actor de teatro, cine y televisión, sobre el proyecto cultural que lidera, la iniciativa que estimula el teatro alternativo y su postura sobre el actual momento que vive el país

Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos

Para ser una de las caras más visibles del teatro, el cine y la televisión en el país, el maestro Álvaro Rodríguez es un personaje sencillo. Nos recibe con una sonrisa en el último piso del centro comercial Los Ángeles, en pleno corazón del centro de Bogotá. Ahí queda ubicado el proyecto colectivo de Casa Tea, una iniciativa cultural que pronto realizará el Festival Internacional del Teatro de Autor.

Al ubicarnos en el escenario, el maestro evoca con precisión la trayectoria del teatro popular que construyó el japonés Seki Sano y que lideró por años el maestro Santiago García. Reconoce que su pasión son las tablas y que cuando hace televisión es para aportar en toda la locura que significa el proyecto Casa Tea. “Lo mío es el teatro, compañero”, es su forma de iniciar con la entrevista.

La caída de las águilas

Maestro, arranquemos por Casa Tea. Cuéntenos de que se trata este proyecto.

-La Casa del Teatro, estudio del Alcaraván, es el resultado de muchos años de combate a punta de teatro. El grupo lleva ya 24 años. Yo estuve 25 años con el Teatro La Candelaria y mi maestro fue Santiago García. A raíz de toda esta vaina, conformamos este grupo y trabajamos en todas partes, en la calle, en canchas de básquetbol, en la bodega de la Plaza de la Concordia. La sala Seki Sano de la Corporación Colombiana de Teatro siempre nos facilitó el espacio para los estrenos. Y por fin un amigo se pilló este local, vinimos, nos lo alquilaron, pero eso fue a punta de bolsillo nuestro. Logramos este espacio, que es una bacanería. Lina Londoño y Paola Guarnizo, que son actrices del grupo, empezaron a administrar este cuento.

¿Cuál es la obra más destacada en estos 25 años de trabajo?

-Son muchas. Nosotros practicamos nuestra creación colectiva que, como su nombre lo indica, todos los integrantes proponen para el montaje, para las temáticas y a la vez cada uno va desarrollando como sus cualidades, sus capacidades y sus talentos. Destacó que Paola Guarnizo perfeccionó el cuento de la dramaturgia del texto y con ella hicimos una obra motivada en la masacre de El Salado, que es Premio Nacional de Dramaturgia La caída de las águilas. La hemos presentado en muchos lados, con múltiples públicos, incluso víctimas de la masacre. La obra ha producido lágrimas, risas y preguntas. Del 25 al 30 la estamos presentando nuevamente para que la gente venga.

El festival

Casa Tea está organizando el primer festival internacional de teatro de autor. ¿De qué se trata este evento?

-Nace del espíritu y la filosofía del grupo, porque esto viene del movimiento de Nuevo Teatro en Colombia de los años sesenta, del cual yo soy una víctima grata de todos los cambios artísticos que produjo en el sector. Esa creación colectiva, esa necesidad de que los integrantes del grupo desarrollen sus virtudes particulares, sus talentos y sus capacidades, nos llevó a eso hacer un festival internacional con obras de autor, producidas por los mismos grupos, inventadas y escritas o creaciones colectivas.

¿Por qué el nombre del festival ‘El vuelvo del Alcaraván’?

-Alcaraván es el nombre del grupo. Es el homenaje a un pájaro llanero que es muy particular. Hay muchas canciones, poesía, literatura, pintura en torno al ave, porque es mítico en los Llanos Orientales. Tienen la particularidad de que andan en gallada, son pájaros que andan en llave. Debo reconocer la influencia que me ha dejado la región porque yo participé en todo el proceso de Guadalupe años sin cuenta, de toda la carreta de las guerrillas liberales de los Llanos, de todo el movimiento armado y las causas estructurales de la violencia. Eso influyó mucho para poner el nombre de Alcaraván al grupo, por la historia, por las características del pájaro y por el colorido que tiene cuando vuela.

¿Qué nos trae el festival?

-Hay que venir para ver todo (risas). Se va a facilitar el ingreso a gente muy popular, a toda la gente de esta maravillosa ciudad, a que venga a ver todo lo que se está produciendo en el teatro alternativo. Los grupos que nos visitan nos permitirán acércanos al teatro en Cuba y la influencia española. Es un festival pequeño, sin embargo, en el centro comercial Los Ángeles tenemos cinco salas de teatro (Casa Tea, Dantexco, Changua Teatro, Umbral Teatro y Colombian Dream) y acordamos hacer el festival en este corredor cultural que le dio vida a este lugar.

Paralelo a eso hay charlas de formación, talleres para niños y adolescentes, actividades de todo tipo, danza, teatro y música. De hecho, el festival va a abrir con música. Tendremos la presentación de Luz Estella Luengas y Julián Rodríguez.

Fuera de micrófono, el maestro habló de una creación colectiva que Casa Tea va presentar en el festival.

-Vamos a estrenar una creación colectiva que aún no le tenemos nombre y la motivación fue el despelote del medio ambiente, de la contaminación del agua, la explotación del oro y como estamos acabando con la naturaleza por la ambición del dinero, por el poder. Estamos poniendo todo para que toque los corazones de la gente y así darnos cuenta lo que está pasando con la emergencia climática, tanto en Colombia como en el mundo.

El estreno será el 18 de octubre. Ya tenemos la propuesta temática y estética, que debo confesar es muy surrealista, un poco loca. Buscamos hacer un teatro de la manera como nos dé la gana, pero con lealtad y con ética. Queremos seguir formando públicos, porque la vida cultural, el lenguaje artístico conmueve corazones inquieta al público, genera interrogantes, discusiones y conflictos.

“Nacimos para pelear”

No podemos desaprovechar el espacio para preguntarle, ¿cómo ve el maestro el actual momento que vive país?

-Complicado, como uno se lo imaginaba. Lo que pasa es que se vuelve evidente la participación de los dueños del dinero y del poder, que no quieren ceder una y como son los propietarios de los medios de comunicación más importante, pues se están reproduciendo mentiras, que repetidas mil veces, se convierten en verdad. Sabíamos que iba a ser difícil, pero ahora es que se puede ver la ofensiva de este capitalismo rastrero, matón, atrasado. Esperamos que la pelea de frutos, que todos los sectores demócratas y humanistas cerremos filas para defender los cambios. La pelea está dura, pero nacimos para pelear.

Finalmente, ¿cuál es la evaluación del sector cultural?

-El balance es agridulce. Por un lado, tenemos un aumento histórico en el presupuesto para la cultura. Es algo muy positivo. Pero lastimosamente eso vino con la salida de la maestra Patricia Ariza, que era una representante de la actividad teatral y cultural, honesta y con ética. Y eso se vio reflejado en una actitud del Ministerio de Cultura que terminó sacándonos del proyecto de salas concertadas por un jurado salido de la nada. Eso nos tiene indignados y con piedra. Todos los integrantes del grupo hemos batallado por un proceso demócrata y humanista. Y que sea este Gobierno el que nos margina, es absurdo. Fuimos cincuenta grupos de teatro barriales y alternativos los afectados. A pesar de la indignación, no importa, con nuestros propios recursos seguimos con nuestra propuesta artística. Insisto, nacimos para pelear y acá estamos.
Con información del Semanario Voz

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