El mundo puede dormir tranquilo.
El mal no pulula ni la muerte.
Aunque Dios no ha condenado la guerra, el diablo no existe.
No hay bombardeos cerca a casa.
Ni hay matanzas sin castigo,
ni solidaridad del mundo
que no apague el dolor de un pueblo.
La firme esperanza de todos vive.
Nada sucede en Gaza ni en Rafah.
Lo que acontece en Palestina no sucede en el mundo.
El mundo no puede dormir tranquilo.
Andan sueltos el mal y la muerte.
Dios parece no existir, y el diablo se alza de hombros.
Todo bombardeo sucede cerca de casa.
Hay una diaria masacre sin castigo ni respuesta.
La débil solidaridad del mundo no disminuye el dolor de un pueblo.
La cobarde esperanza de todos agoniza.
Los nazis ocupan Gaza y Rafah.
Todo lo que sucede en Palestina, le sucede al mundo.
Por Fernando Rendón