Cientos de palestinos expresaron su indignación por el caso de Naser Abu Hamid, el preso fallecido en las cárceles israelíes víctima de la negligencia médica.

La ciudad de Ramallah fue escenario de enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y palestinos irritados por la muerte del comandante Abu Hamid.

Nasser padecía de cáncer y durante los últimos dieciséis meses de su vida, su familia y organismos derechos humanos presionaron al régimen de Tel Aviv para que lo liberara o facilitara su tratamiento. Sin embargo, el régimen negó ambas peticiones.

La familia de Naser tampoco puede darle el último adiós. El ministro de seguridad israelí, Benny Gants, se negó a entregar el cuerpo de Abu Hamid a su familia, lo cual constituye otro crimen de la entidad de ocupación.

Bajo esta práctica, familiares de los presos fallecidos o los palestinos asesinados por los militares sionistas pasan años esperando enterrar a sus seres queridos.
Con información de HispanTV

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