Con el escueto título de “Reflexiones sobre la Unión Patriótica”, el jurista, intelectual y dirigente político – fue su Presidente – Oscar Dueñas Ruiz escribió hace ya varios años un opúsculo, el estudio más integral que se ha hecho sobre un movimiento que además de su valor intrínseco, pasó a la historia al haber dado ocasión a que el estado colombiano develara su catadura terrorista – cosa ya sentenciada -, cuando decretó su exterminio a sangre y fuego. Y nos referimos hoy a este texto, precisamente por su importancia que se nos antoja, no ha tenido el reconocimiento y difusión que con mucho merecen.

Por: Luz Marina López Espinosa.
@koskita

El libro de Oscar Dueñas al tiempo de hacer una rigurosa reconstrucción histórica del nacimiento de la U.P. sus protagonistas y las circunstancias políticas y sociales del país que la llevaron a emerger – de las cuales los Acuerdos de La Uribe de 1984 fueron la causa inmediata – hace un recorrido por la rica saga de luchas populares que le precedieron, de las cuales en alguna forma es producto. Allí sobresalen las gestas dirigidas por los gigantescos Ignacio Torres Giraldo, María Cano y Raúl Eduardo Mahecha, las grandes primeras huelgas y los movimientos que pugnaron por reivindicaciones que hoy nos parecerían elementales. Todo en medio de una estructura de poder férreamente reaccionaria, que criminalizaba esas manifestaciones y reclamos así como el pensamiento que las inspiraba. Y para las cuales naturalmente, el tratamiento era militar. Recuérdese si no la masacre de cientos – ¿miles? – de obreros de las bananeras en diciembre de 1928, gobierno de Miguel Abadía Méndez – que nos han querido volver ficción literaria – y la masacre de veinte sastres en plena Plaza de Bolívar en Bogotá, marzo de 1919, gobierno de Marco Fidel Suárez. Aunque si nos descuidamos y sin necesidad de remontarnos a esas centenarias lejanías, baste mirar en este siglo XXI la represión policial del estallido social durante el gobierno de Iván Duque con indeterminado número de muertos y desaparecidos.

También nos recuerda el autor de esta obra de tanta valía histórica, cómo las luchas por la tierra de los legendarios Juan de la Cruz Varela, Erasmo Valencia y Manuel Quintín Lame en la primera mitad del siglo XX y de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos ANUC en las décadas del sesenta y setenta, se inscriben en ese fermento revolucionario y de conciencia de clase que habría de cristalizar en formaciones de izquierda. Porque esas luchas fueron el germen del Frente Popular, el grupo GOLCONDA, la Anapo Socialista, el Moir, la Unión Nacional de Oposición UNO, el Frente Unido, Partido Comunista M-L, A Luchar y desde luego la Unión Patriótica. Y de destacamentos guerrilleros como las FARC, el ELN, el EPL y el M-19 precisamente como resultado de la respuesta violenta del Estado a las demandas sociales. O si no, véase el caso de las FARC, auténtica autodefensa de los campesinos refugiados en la región de El Pato y Guayabero, contra quienes se desató la furia militarista.

Justo que el autor hubiera reseñado cómo el Partido Comunista estuvo en el nacimiento de la Unión Patriótica, nutriéndolo con sus más valiosos cuadros y aportándole el trabajo de organización sindical, campesina y comunal que traía de muchos años. Y nos recuerda que más del noventa por ciento de los asesinados pertenecían al Partido Comunista. Los dirigentes nacionales del P.C. más comprometidos con el nuevo proyecto que era no sólo la reclamada salida política al conflicto armado sino muestra de apertura democrática desde el poder, fueron Leonardo Posada, Miller Chacón, Manuel Cepeda Vargas, Bernardo Jaramillo, Pedro Luis Valencia, Jaime Pardo Leal, Pedro Nel Jiménez, José Antequera – asesinados todos en la campaña de exterminio y siendo Pardo y Jaramillo sus presidentes -, Gilberto Vieira, Álvaro Vásquez, Jaime Caicedo, Carlos Lozano, Hernando Hurtado, Nicolás Buenaventura, Aída Avella, Yira Castro, Hernán Motta Motta, Humberto Oviedo y Gustavo Osorio.

Texto éste que comentamos de utilidad hoy cuando un gobierno auténticamente democrático y de izquierda, reivindica las luchas populares y en forma resuelta toma partido por las víctimas. Y para terminar, unas obligadas unas palabras sobre el autor: Oscar José Dueñas Ruiz es una de las personalidades más brillantes y meritorias de la izquierda colombiana. Destacado en la jurisprudencia constitucional con aportes significativos en el campo de la seguridad social, la cátedra universitaria y la militancia revolucionaria. Bastaría con decir que le correspondió padecer las caballerizas de Usaquén en el régimen del terror de Turbay Ayala, y fue Presidente de la Unión Patriótica en pleno apogeo del exterminio. La izquierda colombiana y la intelectualidad progresistas están en mora de hacerle el homenaje al que es acreedor.

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