Se realiza en Bogotá, desde el día 7 al 10 de diciembre, el 23 congreso del Partido Comunista Colombiano, un evento de especial importancia para el conjunto del movimiento de los partidos comunistas y obreros, en primer lugar de América Latina y el Caribe, pero también de otras regiones donde se configuran escenarios políticos de alguna similitud.

Por Jaime Cedano

El congreso aportará definiciones claras, desde las categorías del marxismo-leninismo, sobre el contenido, carácter y definición del gobierno que encabezan Gustavo Petro y Francia Márquez y esto será muy útil a la hora de evaluar esta experiencia y definir las tareas de la solidaridad. No siempre en el mundo, y especialmente en Europa, se han hecho caracterizaciones acertadas de los procesos políticos latinoamericanos, ya sea porque se analizan desde la emoción, desde el desconocimiento de las contradicciones de cada proceso o porque se hacen con miradas eurocentristas.

Un segundo elemento de la importancia internacional del 23 congreso será el conocimiento de un caso muy especial de elaboración y desarrollo de la línea táctica y estratégica de un destacamento revolucionario para actuar en las condiciones propias de su país y de los cambios en el mundo. En medio de grandes dificultades, de debilidades y de yerros, pero de aciertos en los elementos fundamentales, el estudio riguroso de los debates, conclusiones y orientaciones de los congresos del PCC son una verdadera escuela leninista del arte de la táctica y la estrategia sobre las formas de lucha fundamentales, la construcción de la unidad popular y el papel de los movimientos sociales y sus luchas, el papel de la lucha de masas, como dice el partido.

Algunos planteamientos del proyecto de informe del comité central al 23 congreso son muy esclarecedores y llevan al PCC a afirmar con contundencia:

“Hemos cumplido las metas que trazó el 22 Congreso, incluida la tarea de contribuir a la creación de un gobierno democrático que ha asumido, dentro de sus propósitos, la misión de consolidar el Acuerdo de paz y crear nuevos acuerdos, mediante la adopción de una política de paz de Estado y un objetivo en lo que ha denominado Paz total».

Y el informe precisa uno de los objetivos centrales del congreso:

“Definir el carácter del nuevo poder y su perspectiva, entendidas sus limitaciones aún en el rango de la conquista del poder político y del enorme contrapeso que ejercen los factores del poder real del capital, los medios de comunicación, los partidos de la derecha y el militarismo que apenas están resintiendo los primeros efectos del cambio. Necesitamos precisar el papel del PCC como sujeto revolucionario en el contexto de una época de cambios.

¿Como debe actuar un partido revolucionario en un proceso de cambios que no es una revolución, sino una victoria electoral de fuerzas democráticas? Se preguntaba Jaime Caycedo en un reciente debate sobre el congreso organizado por la Juventud Comunista. Caycedo es desde hace 26 años el secretario general del PCC, fue secretario general de la Juventud Comunista en la década de 1970 y reconocido dirigente estudiantil universitario en la década de 1960. Sobrevivió a un atentado a bala y a todo el clima de persecución y exterminio contra el Partido Comunista, contra la Unión Nacional de Oposición y contra la Unión Patriótica.

Caycedo se respondió a sí mismo afirmando que el papel de las y los comunistas en el marco del nuevo gobierno es trabajar para que los cambios sociales sean profundos, sean estructurales y no solo cosméticos. Transformar lo que era la base de la injusticia para empezar a acabar con la injusticia y la desigualdad, cuando Colombia es uno de los países más desiguales del mundo. Una desgracia poco reconocida y normalizada.

Y afirmó que la lucha por la paz en el marco de una Solución Política Negociada se ha convertido en un gran proyecto nacional para que nunca más hayan guerras civiles, alzamientos ni guerras sucias ni violentas represiones a quien reclame derechos. Señala Caycedo que, estando dentro o fuera del gobierno, el PCC trabajará para que este proceso avance.

Un tercer elemento de interés internacional de los debates del 23 congreso es la experiencia en la construcción de la unidad. Afirma Caycedo que se ha construido una unidad “a lo colombiano”, un Pacto Histórico, un núcleo de fuerzas con un programa que significa un cambio de época para el país, un cambio de fondo en todas las estructuras. Pero también señaló contradicciones con planteamientos del presidente Gustavo Petro, una de ellas sobre la defensa de la amazonía, que es, afirma, un tema de soberanía de los países amazónicos y no es aceptable que se hagan patrullajes conjuntos con el comando sur de los Estados Unidos. No es posible militarizar la defensa del medio ambiente, hacerlo así es contribuir a su destrucción. Es una tarea civil, científica, ciudadana y de las comunidades”, señaló. Al igual que expresó el rechazo del PCC a la construcción de una base militar estadounidense en la isla Gorgona en el pacífico colombiano.

El proyecto de informe al 23 congreso traza una mirada larga:
“Nuestra perspectiva socialista se sitúa en una óptica de profundización de la democracia, de movilización obrera y popular por la justicia social, ambiental, de género, antirracista, feminista, revolucionaria, internacionalista, antimperialista, NuestraAmericana y es parte y paso inicial hacia una sociedad no capitalista”.

Son estas solo algunas de las razones por las que el 23 congreso del PCC despierta un especial interés para muchos partidos comunistas, obreros y revolucionarios. Caracterización del gobierno, aplicación concreta del ideario leninista sobre táctica y estrategia, construcción de procesos de unidad, gobierno alternativo y movilización popular, y el socialismo siempre como horizonte.

Un congreso histórico, sin ninguna duda.
Sevilla, diciembre 5 de 2022
Fuente: Mundo Obrero de España

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