El pasado 21 de noviembre se realizó la Jornada Nacional de movilización en diferentes ciudades capitales del país, en conmemoración del quinto aniversario del Paro Nacional como antesala del gran Estallido social, que se dio a partir de la unidad de acción entre los jóvenes articulados en las primeras líneas, las dinámicas de la lucha sindical, social, popular y las expresiones políticas de izquierda y del campo democrático.

Por: Carlos Arturo García (*)

La rebeldía popular confrontó la agenda neoliberal y regresiva del gobierno de Iván Duque ─con su pliego de trece ejes temáticos, 104 puntos y el pliego de emergencia de seis puntos para enfrentar la crisis generada por la pandemia. Esta rebeldía tuvo una respuesta represiva y criminal de la elite política gobernante, con un saldo de 87 personas asesinadas, 106 personas víctimas de Violencias Basadas en Género, 1905 personas heridas y 3365 personas detenidas.

La lucha, con una alta cuota de sacrificio, abrió las compuertas hacia la maduración de la conciencia política de sectores organizados del pueblo colombiano. Estos sectores entendieron la urgencia del momento político para avanzar en la más amplia unidad con la conformación del Pacto Histórico. Esta convergencia fue clave para la elección de una bancada de congresistas y la conquista del Gobierno del Cambio, liderado por Gustavo Petro y Francia Márquez.

En ese orden de ideas, se continúa con la confluencia de la movilización social y la lucha política, confrontando la estrategia de desestabilización de la derecha, por la defensa del proyecto político alternativo y el apoyo a las reformas sociales como parte de los acumulados de resistencia del pueblo colombiano, proyectando nuevos escenarios de confluencia y fortalecimiento de la unidad.

De allí la importancia de la convocatoria y realización de la Asamblea Nacional por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad, del pasado 14 y 15 de septiembre en conmemoración del 47 aniversario del paro cívico nacional, con 25 encuentros departamentales preparatorios y como espacio de acercamiento de las 2500 expresiones y procesos organizativos del movimiento sindical, social, popular y fuerzas políticas alternativas.

La Asamblea emitió una declaración política como acuerdo nacional y hoja de ruta para la consolidación del proyecto político de cambios y trasformaciones, el posicionamiento de las iniciativas legislativas en materia social, la conformación del gran frente amplio y la construcción de las coordinadoras por el cambio en perspectivas del poder popular.

Dicho torrente de movilización social y popular se complementa con la realización el 22 y 23 de noviembre de la III Asamblea Nacional por la Paz, convocada por la Unión Sindical Obrera, USO, antecedida de cinco Asambleas Regionales y quince talleres de discusión y participación de las organizaciones sociales y populares, construyendo referentes comunes en torno a la búsqueda de la solución política al conflicto social y armado en perspectiva de la paz con justicia social a partir de la superación de las causas estructurales que le dieron origen al fenómeno de la violencia en Colombia.

Además, estos espacios regionales exigieron la implementación de los Acuerdos de La Habana y el otorgamiento de plenas garantías para los excombatientes firmantes de paz, el apoyo al restablecimiento de la mesa de conversaciones con el ELN y el avance de los diálogos con todos los actores armados. El llamado es a no levantarse de las mesas de interlocución en desarrollo con el gobierno del presidente Gustavo Petro.

El Movimiento Social por la Paz y las comunidades en los territorios se mantienen firmes en su compromiso con la Paz Total.

*Secretario Político PCC Bogotá e integrante de la Comisión Política de la Asamblea Nacional Popular
Con información del Semanario Voz

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