Vilma Lucila Espín Guillois, impulsora de la «Revolución dentro de la Revolución» que protagoniza la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), nació en Santiago de Cuba el 7 de abril de 1930.

Por: Oscar H. Avellaneda(*)

Por sus relevantes méritos recibió múltiples condecoraciones, títulos y órdenes nacionales e internacionales. Su incorporación y desempeño en el Ejército Rebelde, su apoyo incondicional al proceso revolucionario y la consagración de su vida a luchar por la igualdad de la mujer y los derechos de todos, hombres y mujeres, la hicieron merecedora del Título de Heroína de la República.

La Medalla “Ana Betancourt” le fue impuesta el 23 de agosto de 1975 por el Comandante en Jefe Fidel Castro, en acto celebrado por el XV Aniversario de la fundación de la Federación, en el teatro de la Central de Trabajadores de Cuba “Lázaro Peña”.

Y el 23 de marzo de 2001, durante una visita realizada a Venezuela, el presidente Hugo Chávez la condecoró con la Orden “Francisco de Miranda” de Primera Clase, orden destinada a premiar los servicios hechos a la ciencia, al progreso del país y al mérito sobresaliente.

Desde joven asumió posiciones políticas revolucionarias, participando activamente en manifestaciones estudiantiles luego del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. Fue desde entonces inseparable colaboradora del líder revolucionario Frank País, militando en las organizaciones fundadas por él en la lucha contra la dictadura batistiana, hasta que formando parte de la entonces Acción Nacional Revolucionaria, sus integrantes se sumaron a las filas del Movimiento 26 de julio.

Participó en el alzamiento armado de Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, en apoyo a los expedicionarios del yate Granma.

Por ser integrante de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de julio, poco antes de ser asesinado Frank País había sido nombrada Coordinadora Provincial de la organización clandestina en la provincia Oriente, labor que desempeñó con particular capacidad y valentía hasta que, ante el acecho y la persecución constantes, se incorporó al Ejército Rebelde, en junio de 1958, convirtiéndose en guerrillera del Segundo Frente Oriental Frank País.

El 21 de septiembre de 1958, se desarrolló el Congreso Campesino en Armas, Vilma en la presidencia fue testigo de los debates y los compromisos contraídos a partir de una unidad indestructible con el campesinado.

Años más tarde al preguntársele sobre el Ejército Rebelde expresó: “… fue una escuela, un inmenso laboratorio donde comenzaron las nuevas relaciones sociales y los principios de igualdad humana, de dignidad en que se funda nuestra Revolución. Se comenzó a constituir en las montañas lo que aspirábamos para todo el país”

Al Triunfo de la Revolución Cubana, el 1° de enero de 1959, encabezó la unificación de las organizaciones femeninas constituyendo la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) el 23 de agosto de 1960, a cuya organización se consagró con singular empeño hasta el último día de su vida.

Integró el Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su fundación en 1965. Fue elegida Diputada a la Asamblea Nacional desde su primera legislatura y miembro del Consejo de Estado desde su constitución.

Presidió desde su creación la Comisión Nacional de Prevención y Atención Social, y la Comisión de la Niñez, la Juventud y la Igualdad de derechos de la Mujer, de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Fue determinante su liderazgo en la Federación Democrática Internacional de Mujeres y otras organizaciones. En su trascendental intervención en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer (celebrada en Beijing, China, en 1995) afirmó:

«Necesario es que la enorme acumulación de riquezas que existe en el mundo se aplique a resolver los grandes problemas de la Humanidad».

Como homenaje a su memoria, una de las casas del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba lleva el nombre de “Corporación COLCUBA Vilma Espín”

Con su sencillez y amabilidad, la Heroína de la Revolución en la sierra y el llano, que cumpliría 94 años este 7 de abril, dejó huella indeleble en varias generaciones de cubanas y cubanos.

Mujer de acción y pensamiento, de valentía, firmeza y fidelidad inquebrantables, su nombre estará siempre vinculado a la obra humanista de la Revolución Cubana, por su consagración al servicio del Pueblo de la Nación que contribuyó a liberar y forjar.

¡Honor y gloria eterna a Vilma Espín!

(*) Miembro del Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba

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