Con solo cinco mil pesos de los años cincuenta, Gilberto Arteta compró los terrenos que hoy albergan los espacios turísticos más significativos del Atlántico

José Ramón Llanos H.

Esta es una región que presenta unas características no muy comunes a los municipios alejados de los grandes centros urbanos. No hay pobreza extrema.

Las mujeres se dedican a producir toda clase de vestidos.

Hay cerca de cuatrocientas residencias en las que sus habitantes tienen entre tres y cuatro máquinas de coser para producir ropa que exportan. Las productoras son mujeres, madres, hermanas e hijas y sus maridos son quienes transportan esas mercancías hacia los sitios de eventos o los llevan a los centros de exportación.

El emporio del turismo marino

El espacio de Santa Verónica fue vendido por un alemán al abuelo de los Arteta, quien lo compró con un préstamo de $5000 proporcionados por Bancolombia, Barranquilla. El abuelo Arteta definió la extensión adquirida de manera casi mágica, le dijo al gerente que en ese terreno cabía una gran ciudad. Su desarrollo le dio la razón, Santa Verónica es un gran enclave turístico. Allí, a pocos kilómetros, se construirá el aeropuerto de Cartagena que es en realidad un aeródromo regional donde están ubicadas las dos metrópolis más grandes del Caribe, por cuyos puertos sale gran parte de las exportaciones y recibe las importaciones que dinamizan la economía colombiana.

El abuelo, inicialmente, cedió espacios para construir escuelas, puestos de salud y donaciones de otro tipo. Como cosa insólita no existe ni calle ni barrio que lleve el nombre del generoso Gilberto Arteta y Arteta. Eso explica un poco el parque.

Santa Verónica es la zona turística de mayor y más rápido desarrollo, tiene un Resort Puerto Velero, el más lujoso del Caribe colombiano, con edificaciones dentro del mar. Posee cuatro conjuntos de apartamentos de veinte pisos. Punta Cangrejo es un conjunto de apartamentos empotrados en una colina frente al mar y doscientas casas separadas por pocos metros del oleaje marino.

El arraigo de los Arteta

La familia Arteta hizo parte de un enclave hispano que hace más de 300 años dejó su impronta en una región de población exclusiva indígena que habitaba Tubará y Baranoa. Los Arteta desarrollaron económicamente la región, procuraron que los gobiernos construyeran carreteras, entre otras la del algodón.

En esta región nacieron Juan B. y Ariel Arteta, este último dedicó toda su sapiencia jurídica en defensa del movimiento sindical y en defensa de los excluidos.  Juan B. Arteta se convirtió en el primer concejal comunista de toda la región caribe, como su abuelo, fue gestor de acciones generosas que lo llevaron a fundar varios barrios en Barranquilla como el Bosque, el Primero de mayo, Carrizal, José Antonio Galán, Manuela Beltrán, Barlovento, Malvinas, entre otros, nombres que reflejan la imagen del talante comunista del concejal.

El fiscal del pueblo

Sus debates durante cuatro períodos en el Concejo de Barranquilla estuvieron relacionados con denuncias de corrupción, irregularidades y predominantemente en defensa de los trabajadores. Su acción política hizo posible que los barrios de invasión de los destechados fueran rápidamente reconocidos, con lo cual tuvieron acceso a servicios públicos esenciales como el agua y la energía eléctrica, la construcción de puestos de salud, escuelas y colegios. Por todos esos debates y su indoblegable defensa de su ideario comunista, Juan Gossaín lo bautizó ‘El fiscal del pueblo’.

El parque de los libros

La familia Arteta es reconocida y homenajeada por la estirpe del abuelo Arteta, por Juan B. y Ariel Arteta, quienes hicieron tanto por los excluidos en el departamento del Atlántico. El parque no solo destaca los nombres de la familia Arteta, también exalta los libros de los intelectuales colombianos y de los de todo el mundo.

Ahí están Gabriel García Márquez, Nieto Arteta, Neruda, Cervantes, Platón, Sócrates, Marx, Hegel, Kant, Humboldt, Bolívar, Goethe, Proust. El Parque tiene tanta importancia en esa región que la gobernadora anterior trató de apropiárselo, pero, finalmente, lo reconoció como El parque de la familia Arteta.
Parque de los Libros. Foto Voz
Con información del Semanario Voz

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