En el corazón del frondoso cañón del Combeima, en el pequeño caserío de Villa Restrepo, se encuentra la biblioteca que lleva este nombre, biblioteca pública, prácticamente a la orilla del río Combeima. Con el transcurrir del tiempo y con la participación activa de la comunidad, poco a poco se ha ido convirtiendo en punto de encuentro.

Por Nelson Lombana Silva

El turista se acerca a preguntar por los sitios emblemáticos a visitar, el deportista, principalmente el ciclista, a mirar un texto, después del recorrido en su caballito de acero, el adulto mayor a comentar la crisis, la carestía y las expectativas para salir adelante. Los niños a leer un texto, dibujar, jugar una partida de ajedrez, ver una película o sencillamente jugar. El transeúnte entra a preguntar por el corregidor, el horario de la misa o preguntar cuál es el mejor hotel, el mejor restaurante, etc.

El pasado sábado, visitó la biblioteca un grupo importante de turistas. “Vimos la biblioteca abierta y nos venimos inmediatamente. Nos llamó la atención una biblioteca en medio de este paisaje tan hermoso”, dijo la mujer acompañante. Pidió que le explicáramos que actividades desarrollábamos, quedando satisfecho el grupo de las manualidades, las casitas, el manejo de la plastilina, los dibujos de los niños y sus escritos sobre la paz y el comportamiento en la biblioteca. Causó impacto la revista La Biblioteca con los cuentos de los niños, pero también la producción literaria nuestra.

Venezuela vs. Español

Venezuela vs. Español

Más tarde, entró un español, con su acento característico, compartiendo una animada conversación con un artista venezolano, que ya había estado en la biblioteca en otras oportunidades. “Yo he traído mis dos niñas acá a leer y a participar de las actividades”, le comentó al ibérico.

Don Pedro Cárdenas, habitante del cañón, suele visitar la biblioteca con cierta frecuencia. Durante años fue edil. Se conoce la dinámica del cañón al derecho y al revés. Es buen conversador y bastante ecuánime en sus opiniones. Está dispuesto a colaborar en la recuperación de la memoria histórica, lo mismo la matrona Leonor Rodríguez Ferreira, bien conocida en la región como “Leito”. Leito, nacida en el desaparecido Armero, hace más de 43 años habita el corregimiento 8 de Villa Restrepo. Se enamoró de la región manteniéndose vigente con parte de su familia. Precisamente, su hija Sol Maritza Varela Rodríguez es actualmente la presidenta de la junta de acción comunal, una lideresa que trabaja incansablemente por su terruño.

La presencia del corregidor en la biblioteca también es bastante frecuente. El doctor Cristian Caicedo Castro, es el encargado de impartir justicia en esta hermosa región. Cada que tiene un tiempito libre la visita, con opiniones importantes sobre la dinámica de la comunidad y el papel de la biblioteca.

En fin, poco a poco, la biblioteca Cañón del Combeima, se ha venido convirtiendo en punto de encuentro de propios y extraños; la lucha por fomentar la lectura y la reconciliación entre el lector y el libro es permanente contando con el grupo de apoyo y presidentes de juntas de acción comunal, como por ejemplo, el presidente de la vereda La Plata El Brillante, Óscar Guarnizo, quien nos extendió invitación para visitar su comunidad.

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